Opiniones contradictorias pero nadie niega que una buena siesta puede constituir uno de esos pequeños placeres que da la vida, incluso placeres saludables. El escritor español Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela decía que las buenas siestas eran las de pijama, orinal y padrenuestro. Para Dalí, sin embargo, las buenas siestas eran breves. Se sentaba en un sillón y sujetaba una cuchara de metal en la mano. Cuando se le caía, el ruido le despertaba y ahí acababa su siesta. El mando de la tele podría ser para muchos lo que para Dalí era la cucharita…
Los beneficios aportados por la siesta están siendo alabados por multitud de organismos científicos que aseguran que el bienestar que ofrece es incomparable a cualquier otra solución médica. Entre ellos destaca la disminución de los riesgos cardiovasculares, la liberación de tensiones, el aumento de la capacidad de concentración y el refuerzo del estado de alerta. La última institución en declarar los beneficios de la siesta ha sido la Agencia Espacial Norteamericana (NASA), quien considera que el tiempo adecuado para una siesta modélica es de 26 minutos.
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