lunes, 27 de febrero de 2017
Artropatia de Jaccoud
Fue descrita inicialmente en pacientes con fiebre reumática por Jaccoud en 1869. Desde entonces se han informado casos similares asociados a múltiples enfermedades como la esclerodermia, dermatomiositis, vasculitis necrotizante sistémica, síndrome de inmunodeficiencia adquirida, micosis fungoides, síndrome de Caroli, Lupus y otros. Las lesiones de la mano son debidas al compromiso periarticular con hiperlaxitud de los ligamentos y las cápsulas articulares conduciendo a subluxaciones y deformidad irreversible en articulaciones metacarpofalángicas e interfalangicas, como son las deformidades en cuello de cisne y “boutonniere”. La desviación cubital de los dedos y subluxación de las articulaciones, son voluntariamente corregibles por los pacientes. En las radiografías de mano podemos ver edema pericapsular que representa sinovitis alrededor de las pequeñas articulaciones asociado a osteoporosis yuxtaarticular.
jueves, 23 de febrero de 2017
La nueva escala de Glasgow
La escala de Glasgow
La escala de coma de Glasgow es una escala diseñada para evaluar de manera práctica el nivel de consciencia en los seres humanos. Fue creada en 1974 por Bryan Jennett y Graham Teasdale, miembros del Instituto de Ciencias Neurológicas de la Universidad de Glasgow, como una herramienta de valoración objetiva del estado de conciencia para las víctimas de traumatismo craneoencefálico.
Su precisión y relativa sencillez extendieron posteriormente su aplicación a otras patologías traumáticas y no traumáticas.
La Escala de Coma de Glasgow, por sus siglas en inglés, GCS, Glasgow Coma Scale, es el protocolo más utilizado a este respecto tanto en el ámbito hospitalario como en el extrahospitalario; por otro lado, algunos manuales clínicos lo asumen como el procedimiento estándar. A pesar de ello, presenta algunos defectos, todos relacionados con su aplicación mientras el paciente está intubado o sedado..
Un nuevo enfoque estructurado de la evaluación para mejorar la precisión, la fiabilidad y la comunicación de la Escala, segun Teasdale. Esta versión introducida en 2014 esta poco difundida en España.
La principal mejora consiste en que gracias a esta nueva investigación, la técnica se analiza, mediante un rango de puntuación numérica, individualmente en sus tres apartados, esto es, respuesta ocular, calificada de 1 a 4 puntos, verbal, de 1 a 5 puntos, y motora, de 1 a 6 puntos, y no de forma conjunta como la suma de los tres. Gracias a estos apartados, se puede dilucidar si el funcionamiento del cerebro es el apropiado. Asimismo, se debe identificar cualquier elemento que pueda influir en los resultados, documentar las respuestas espontáneas que puedan producirse en cualquiera de los tres apartados de análisis y asignar una calificación según la respuesta que haya obtenido mayor puntuación durante el tratamiento.
Es importante recordar que si un criterio/componente no puede ser monitorizado (verbal, ocular o motor) no se le debe asignar un 1 de puntuación por defecto. Se deja en blanco y/o se especifica la causa por la que no se puede monitorizar.
La nueva escala de Glasgow
http://www.glasgowcomascale.org/download-aid/
miércoles, 22 de febrero de 2017
El estrés y el euestrés
El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que alteran el equilibrio de una persona. Es un sentimiento de tensión física o emocional. El resultado fisiológico de este proceso es un deseo de ponerse a la defensiva o de huir de la situación. En esta reacción participan casi todos lo órganos, incluidos cerebro, el sistema nervioso, el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal, la digestión y la función muscular.
Cuando sentimos estrés, presentamos una serie de síntomas físicos. Podemos tener dolores de cabeza, molestias en el pecho, fatiga frecuente, desórdenes estomacales e insomnio y pesadillas.
También podemos presentar síntomas psicológicos, como por ejemplo tics nerviosos, irritabilidad, ansiedad, dificultad para concentrarse, fobias y sensación de fracaso. A estos síntomas psíquicos se le suman, en casos severos, la pérdida de cabello, depresión, acné, menstruación irregular, entre otros. Los efectos del estrés podrían llegar a enfermarnos por su alto grado de somatización, pues podría desencadenar condiciones como asma, provocar úlceras, colitis u otras condiciones gastrointestinales.
Afrontar el estrés puede ser una tarea difícil. Sin embargo, se deben tener en cuenta los beneficios que una adecuada gestión del estrés nos puede aportar. Además, el estrés no siempre es negativo. En ocasiones, el estrés puede ser de gran ayuda para nosotros (eustrés). Todo depende de la manera en que lo afrontemos. Si no lo afrontamos de la manera adecuada, podemos sufrir consecuencias negativas, como los síntomas y trastornos que antes hemos descrito. En cambio, si lo manejamos de la manera adecuada y tenemos una actitud positiva, podemos convertirlo en estrés positivo.
El estrés positivo, o eustrés, es aquel estrés que nos estimula a enfrentarnos a los problemas. Permite que seamos creativos, tomemos iniciativa y respondamos eficientemente a aquellas situaciones que lo requieran.
La conversión al estrés positivo permite que estemos llenos de energía, favoreciendo así nuestras actividades cotidianas. Beneficia excepcionalmente a nuestra salud puesto que, al canalizar el estrés, no sentimos la tensión que nos provocaría el sentirnos abrumados por el estrés negativo. En lugar de sentirnos impotentes y fracasados, el estrés positivo permite que nos sintamos con llenos de vida, con energía y, en caso de que logremos salir airosos de aquellos proyectos que teníamos en mano, satisfechos por la experiencia.
"Eustrés es una palabra que la mayoría probablemente nunca haya escuchado. Eu-, el prefijo griego que significa saludable, se usa en el mismo sentido en la palabra euforia. Los ejemplos a seguir que nos impulsan a superar nuestras limitaciones, el entrenamiento físico gracias al que nos deshacemos de nuestros michelines y correr los riesgos que nos sacan de nuestra cómoda esfera de actuación son ejemplos de eustrés: estrés sano que constituye un estímulo para crecer" Timothy Ferriss
lunes, 20 de febrero de 2017
Desabastecimiento de vacunas Tétanos Difteria tipo adulto
La Comisión de Salud Pública del consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud abordó este problema en su reunión del 9 de febrero de 2017. Desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y las Comunidades Autónomas se están adoptando las actuaciones oportunas para tratar de solventar esta situación, mientras tanto el Ministerio ha declarado el desabastecimiento oficial de la vacuna contra el tétanos y difteria. Se han creado grupos técnicos a nivel nacional para adoptar posibles alternativas. Entre las medidas propuestas destacan la suspensión temporal de la dosis de recuerdo con Td a adolescentes y a adultos, así como la priorización de la vacunación en profilaxis post-exposición ante heridas tetanígenas. "Desde las autoridades de salud pública se emitirán indicaciones específicas para la primovacunación en adultos, tras valoración del riesgo individual", indica el acuerdo de la Comisión.
En Aragón la Dirección General de Salud Pública ha dictado las normas oportunas para garantizar la vacunación considerada "prioritaria", limitando el impacto del actual desabastecimiento.
Para ello se utilizarán las vacunas disponibles exclusivamente de acuerdo con la instrucciones de la Dirección General de Salud Pública, se priorizarán las dosis de vacuna para la profilaxis post-exposición ante heridas tetanígenas y se suspenderán temporalmente las dosis de recuerdo de vacuna Td en población adulta.
El Ministerio de Sanidad, de todos modos, ha confirmado que la suspensión temporal no implica riesgo para la población. Según ha informado la Aemps, "las personas que necesiten dosis, por valoración del riesgo individual, dispondrán de la vacuna”. Por delante asoma un programa para que las farmacéuticas puedan conseguir un mayor número de dosis de vacuna Td. Todo, de cara a lo que queda de 2017 y los años venideros. Una de las alternativas también pasa por 'importar' vacunas de otros países limítrofes.
Desgraciadamente no es la primera vez que sucede esto. En 2013 y 2015 ya se vivieron situaciones similares con esta misma vacuna. En otros momentos el desabastecimiento se ha hecho presente también con vacunas para la varicela, la tosferina y con otras no incluidas en el calendario de vacunación infantil como la del meningoco B.
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viernes, 17 de febrero de 2017
Bloqueo auriculoventricular completo
En el Bloqueo Auriculoventricular de Tercer Grado (Completo) se produce una interrupción total de la conducción AV, provocando una desconexión eléctrica entre las Aurículas y los Ventrículos.
Ningún estímulo es trasmitido a través del sistema de conducción AV, por lo que las aurículas y los ventrículos se despolarizan independientemente el uno del otro.
El bloqueo se carateriza por:
Intervalos PP y RR regulares.
Las Ondas P y los complejos QRS no guardan relación entre ellos, encontrando ondas P cercanas al QRS, inscritas en él, o en la Onda T.
La frecuencia auricular es mayor que la frecuencia ventricular.
Intervalos PR muy variables.
La morfología y la frecuencia de los complejos QRS dependerá del origen del latido de escape.El bloqueo auriculoventricular completo es grave y conlleva signos y síntomas de gasto cardíaco reducido, síncope o presíncope, angina y palpitaciones por taquiarritmias ventriculares, aunque en algunos casos puede presentarse de manera asintomática.
Los bloqueos completos o de tercer grado no suelen responder a los medicamentos y el único tratamiento efectivo en pacientes sintomáticos es la implantación de un marcapasos.
Ningún estímulo es trasmitido a través del sistema de conducción AV, por lo que las aurículas y los ventrículos se despolarizan independientemente el uno del otro.
El bloqueo se carateriza por:
Los bloqueos completos o de tercer grado no suelen responder a los medicamentos y el único tratamiento efectivo en pacientes sintomáticos es la implantación de un marcapasos.
miércoles, 15 de febrero de 2017
Crisis de pánico
Los ataques de pánico o crisis de ansiedad (también ataques de ansiedad o crisis de pánico) son períodos en los que se padece, de una manera súbita, temporal y aislada, un intenso miedo o temor o malestar intensos, con una duración variable: de minutos a horas.
La causa de este trastorno se desconoce, aunque los genes pueden jugar un papel. Otros miembros de la familia pueden tener el trastorno. Sin embargo, el trastorno de pánico a menudo ocurre cuando no hay ningún antecedente familiar.
El trastorno de pánico es dos veces más común en las mujeres que en los hombres. Los síntomas por lo general comienzan antes de los 25 años de edad, pero pueden ocurrir hacia los 35 años. El trastorno de pánico también se puede presentar en niños, pero no suele diagnosticarse hasta que son mayores. Una crisis o ataque de pánico comienza de repente y con mucha frecuencia alcanza su punto máximo al cabo de 10 a 20 minutos. Algunos síntomas pueden continuar durante una hora o más. Un ataque de pánico se puede confundir con un ataque cardíaco.
Una persona con trastorno de pánico a menudo vive con miedo de otro ataque y puede sentir temor de estar sola o lejos de la ayuda médica.
Las personas con trastorno de pánico tienen por lo menos 4 de los siguientes síntomas durante un ataque:
a) Farmacológico: tratamiento con ansiolíticos y antidepresivos, obviamente bajo prescripción médica. Únicamente un psiquiatra está autorizado para recetar qué tipo de medicamentos y durante qué periodo se administrará la dosis del fármaco.
b) Psicoterapia: en lo que respecta a la terapia psicológica, algunas escuelas como la terapia cognitivo-conductual ha reportado una gran eficacia en este tipo de casos. El psicólogo podrá proveer un plan de intervención con el paciente donde se le sugiera diferentes formas de afrontar una crisis de pánico y enfrentarse cualquier situación temida por parte del paciente con herramientas y recursos para minimizar la ansiedad.
Para obtener mejores resultados una combinación de los dos tratamientos es ideal y lo más recomendable. Otras técnicas que escapen del campo científico pueden ser consideradas si el paciente encuentra gusto en practicarlas como son yoga, meditación, etc.
Finalmente en estos pacientes puede resultar fundamental el apoyo emocional. Como decía Sigmund Freud: «La ciencia moderna no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas palabras bondadosas».
La causa de este trastorno se desconoce, aunque los genes pueden jugar un papel. Otros miembros de la familia pueden tener el trastorno. Sin embargo, el trastorno de pánico a menudo ocurre cuando no hay ningún antecedente familiar.
El trastorno de pánico es dos veces más común en las mujeres que en los hombres. Los síntomas por lo general comienzan antes de los 25 años de edad, pero pueden ocurrir hacia los 35 años. El trastorno de pánico también se puede presentar en niños, pero no suele diagnosticarse hasta que son mayores. Una crisis o ataque de pánico comienza de repente y con mucha frecuencia alcanza su punto máximo al cabo de 10 a 20 minutos. Algunos síntomas pueden continuar durante una hora o más. Un ataque de pánico se puede confundir con un ataque cardíaco.
Una persona con trastorno de pánico a menudo vive con miedo de otro ataque y puede sentir temor de estar sola o lejos de la ayuda médica.
Las personas con trastorno de pánico tienen por lo menos 4 de los siguientes síntomas durante un ataque:
- Molestia o dolor torácico
- Mareo o sensación de desmayo
- Miedo a morir
- Miedo a perder el control o de muerte inminente
- Sensación de asfixia
- Sentimientos de separación
- Sentimientos de irrealidad
- Náuseas y malestar estomacal
- Entumecimiento u hormigueo en manos, pies o cara
- Palpitaciones, frecuencia cardíaca rápida o latidos cardíacos fuertes
- Sensación de dificultad para respirar o sofocación
- Sudoración, escalofrío o sofocos
- Temblor o estremecimiento
a) Farmacológico: tratamiento con ansiolíticos y antidepresivos, obviamente bajo prescripción médica. Únicamente un psiquiatra está autorizado para recetar qué tipo de medicamentos y durante qué periodo se administrará la dosis del fármaco.
b) Psicoterapia: en lo que respecta a la terapia psicológica, algunas escuelas como la terapia cognitivo-conductual ha reportado una gran eficacia en este tipo de casos. El psicólogo podrá proveer un plan de intervención con el paciente donde se le sugiera diferentes formas de afrontar una crisis de pánico y enfrentarse cualquier situación temida por parte del paciente con herramientas y recursos para minimizar la ansiedad.
Para obtener mejores resultados una combinación de los dos tratamientos es ideal y lo más recomendable. Otras técnicas que escapen del campo científico pueden ser consideradas si el paciente encuentra gusto en practicarlas como son yoga, meditación, etc.
Finalmente en estos pacientes puede resultar fundamental el apoyo emocional. Como decía Sigmund Freud: «La ciencia moderna no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas palabras bondadosas».
viernes, 10 de febrero de 2017
INR (International Normalised Ratio)
El Tratamiento Anticoagulante Oral (TAO) es un tratamiento cuyo objetivo es disminuir la coagulación para evitar que se produzcan complicaciones asociadas.
El International Normalized Ratio (INR), término adaptado por la OMS en 1982, es una forma de estandarizar los cambios obtenidos a través del tiempo de protrombina (TP). Se usa principalmente para el seguimiento de pacientes bajo tratamiento anticoagulante.
El INR es el cociente (división) entre el TP de paciente en tratamiento y el TP teóricamente normal (en personas sanas sin TAO). El TP normal es de unos 10-12 segundos.
Por ejemplo: una INR Sintrom = 3.0 significa que el TP del paciente es 3 veces más largo que el normal, es decir de unos 30-36 segundos. A cada tipo de enfermedad o motivo para el TAO le corresponden unos valores óptimos de INR, que garantizan los objetivos fundamentales:
El rango normal para una persona sana es desde 0.9 hasta 1.3, y para personas en tratamiento con warfarina, 2.0 a 3.0, aunque el INR puede ser mayor en situaciones particulares, como para los que tienen una válvula cardíaca mecánica, o puente de warfarina con un bajo peso molecular (tales como enoxaparina) perioperatorio.
Los índices recomendados de INR variarán según la causa que motivó el tratamiento anticoagulante:
INR | |
Fibrilación auricular | 2,0-3,0 |
Prótesis valvular aórtica | 2,0-3,0 |
Prótesis valvular mitral | 2,5-3,5 |
Prótesis valvular tricúspide | 2,5-3,5 |
Prótesis múltiples | 2,5-3,5 |
Tromboembolismo venoso | 2,0-3,0 |
Otras | 2,0-3,0 |
El riesgo de trombosis o embolias aumenta si la INR está por debajo de 2,0. Cuanto más se acerca a INR = 1,0, mayor riesgo. Una INR = 1 significa que en ese momento el paciente no está anticoagulado en absoluto.
El riesgo de hemorragias aumenta si la INR está por encima de 4. Cuanto más alto es el valor INR, mayor riesgo de sangrado.
Los valores de INR entre 2 – 4 son los que tienen un menor riesgo conjunto de trombosis o hemorragia.
El riesgo de complicaciones aumenta con una mala calidad de los controles o con controles excesivamente espaciados en el tiempo. Los niveles de INR pueden variar en base a otras enfermedades asociadas, cambios del metabolismo, la dieta, otros medicamentos…
jueves, 9 de febrero de 2017
Trocanteritis (o bursitis trocantérea)
La bursitis trocantérea (o trocanteritis) es una de las causas más frecuentes de dolor en la cadera. La trocanteritis, como tal, es la inflamación de las bursas serosas que se sitúan en la parte proximal del fémur. Los pacientes suelen quejarse de dolor de cadera lateral, aunque la articulación de la cadera en sí no está involucrada. El dolor puede irradiarse por la parte lateral del muslo. A menudo pasa inadvertida, siendo diagnosticada como coxalgia inespecífica (dolor localizado en la cadera sin causa directa aparente), fundamentalmente en pacientes mayores a efectos de artrosis, o como irradiación radicular (atrapamiento nervioso).
El inicio puede ser agudo o insidioso. Si hay un trauma agudo, los pacientes pueden recordar detalles concretos del impacto. Normalmente, el dolor es crónico e intermitente en la región del trocánter mayor de la cadera que puede irradiar a la parte lateral del muslo en más del 40% de los casos. Los síntomas se agravan cuando el paciente se acuesta sobre el lado afectado, pudiendo ser tan intenso que llegue a despertar al paciente durante la noche.
Los movimientos de rotación interna o externa de la cadera, caminar, correr, estar de pie durante un tiempo prolongado o subir escaleras pueden empeorar los síntomas.
En principio, al ser una patología "no grave" y de afectación fluctuante, se sigue un tratamiento no agresivo, con periodos de reposo, hielo, medicamentos antiinflamatorios y para el dolor, etc., que suelen ser efectivos.
Un aspecto importante en este tratamiento es analizar todos aquello factores predisponentes que presente el paciente y corregirlos.
Cuando fallan los anteriores tratamientos, o bien si el cuadro es muy intenso, se plantean las inyecciones locales de corticoides y anestésicos locales (infiltraciones).
Las inyecciones locales de corticoides se vienen realizando desde los años 60, y está bien estudiada su eficacia y efectos secundarios. Se sabe que la respuesta es positiva en un 70-90% de los casos, aunque hay hasta un 25% de recaídas en los siguientes 12 meses.
El inicio puede ser agudo o insidioso. Si hay un trauma agudo, los pacientes pueden recordar detalles concretos del impacto. Normalmente, el dolor es crónico e intermitente en la región del trocánter mayor de la cadera que puede irradiar a la parte lateral del muslo en más del 40% de los casos. Los síntomas se agravan cuando el paciente se acuesta sobre el lado afectado, pudiendo ser tan intenso que llegue a despertar al paciente durante la noche.
Los movimientos de rotación interna o externa de la cadera, caminar, correr, estar de pie durante un tiempo prolongado o subir escaleras pueden empeorar los síntomas.
Un aspecto importante en este tratamiento es analizar todos aquello factores predisponentes que presente el paciente y corregirlos.
Cuando fallan los anteriores tratamientos, o bien si el cuadro es muy intenso, se plantean las inyecciones locales de corticoides y anestésicos locales (infiltraciones).
Las inyecciones locales de corticoides se vienen realizando desde los años 60, y está bien estudiada su eficacia y efectos secundarios. Se sabe que la respuesta es positiva en un 70-90% de los casos, aunque hay hasta un 25% de recaídas en los siguientes 12 meses.
miércoles, 8 de febrero de 2017
Síndrome de fragilidad del anciano
El estado de fragilidad es un síndrome clínico-biológico caracterizado por una disminución de la resistencia y de las reservas fisiológicas del adulto mayor ante situaciones estresantes, a consecuencia del acumulativo desgaste de los sistemas fisiológicos, causando mayor riesgo de sufrir efectos adversos para la salud como: caídas, discapacidad, hospitalización, institucionalización y muerte.
La prevalencia reportada oscila entre un 7 y un 12 % en la población mayor de 65 años. La mayoría de los autores coinciden en que las manifestaciones clínicas más comunes son una disminución involuntaria del peso corporal, de la resistencia y de la fuerza muscular, trastornos del equilibrio y de la marcha y una declinación de la movilidad física. Varios estudios han relacionado el síndrome de fragilidad con biomarcadores y reactantes de fase aguda, inflamación, metabolismo y coagulación, en particular: proteína C reactiva, altos niveles del factor VIII de coagulación y fibrinógeno, insulina, glicemia, lípidos y proteínas como la albúmina.Su diagnóstico temprano y tomar medidas oportunas, puede disminuir el riesgo de morbilidad, hospitalizaciones e incluso la muerte de los pacientes afectados.
martes, 7 de febrero de 2017
Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH)
Es un trastorno de causa poco clara, probablemente con la intervención de factores genéticos, ahora reconocidos, y ambientales, en el que existe una alteración a nivel del sistema nervioso central, manifestándose mediante un aumento de la actividad, impulsividad y falta de atención, y asociándose con frecuencia otras alteraciones.
En un estudio llevado a cabo por el Instituto de Salud Mental de EEUU la prevalencia del trastorno se sitúa entre el 3 y el 5% en niños en edad escolar. Los datos sobre la adolescencia y la edad adulta son imprecisos. En lo referente a la distribución de sexos, hay una mayor incidencia de TDAH en varones, con una relación 4/1 (4 varones por cada niña) en población general y 9/1 en población clínica.
Esto es debido, en parte porque el TDAH está infradiagnosticado en las niñas, puesto que presentan menos comportamientos perturbadores, que son los que interfieren en la vida escolar y familiar, pero a su vez presentan más síntomas de humor/ansiedad que los chicos.
El TDAH en España es el trastorno neurobiológico más común en niños. Se estima que entre el 3 y 7% (en algunos estudios se eleva hasta el 8-10%) de la población infanto-juvenil la sufre, lo que equivale a uno o El factor genético está demostrado, puesto que el TDAH es 5-7 veces más frecuente en hermanos y 11-18 veces más frecuente en hermanos gemelos. Se han descrito varios genes posiblemente implicados.
En la revista Jano se ha publicado un articulo en el que Investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud en Bethesda (Estados Unidos) han descubierto un vínculo entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el gen Latrophilina 3 (LPHN3). Los resultados del trabajo se publican en la edición digital de la revista Molecular Psychiatry.
Los resultados mostraron una asociación entre el TDAH y una región genómica en LPHN3. Los
investigadores replicaron entonces estos resultados en muestras de cinco poblaciones de otras áreas del mundo, incluyendo Alemania, Noruega, España y otras dos de Estados Unidos.
El TDAH es una de las causas más frecuentes de fracaso escolar y de problemas sociales en la edad
infantil.
El Trastorno de Déficit de Atención con/sin Hiperactividad (TDAH) generalmente se diagnostica en los primeros años de la enseñanza primaria. Algunos síntomas, no obstante, están ya presentes antes de los 7 años de edad, y con frecuencia persiste en la adolescencia y en la vida adulta. Se diagnostica más frecuentemente en varones (en una proporción aproximada de 4 chicos por cada chica). Los síntomas suelen atenuarse a lo largo de la adolescencia y la vida adulta, sobre todo la hiperactividad, y aunque en muchos casos aún persisten durante este periodo, el paciente puede ir compensándolo.
El TDAH es un trastorno aún poco reconocido, por lo que menos de la mitad de los pacientes afectados ha recibido un diagnóstico adecuado, y aún dentro de éstos, pocos reciben el adecuado tratamiento. Ello determina un impacto negativo muy importante tanto para el bienestar del paciente como el de su familia.
Un niño con TDAH que no recibe un diagnóstico y/o un tratamiento correctos tiene altas probabilidades de sufrir, a lo largo de su desarrollo, un notable deterioro de su rendimiento escolar, de sus relaciones familiares y de su entorno social. Y lo que es más grave, que dicho deterioro y sus consecuencias se extiendan durante su vida adulta en forma de problemas laborales, dificultades de pareja, consumo de drogas, conductas antisociales y otros trastornos psiquiátricos asociados.
Los niños con TDAH son muy "movidos" e impulsivos, y tienen problemas para prestar atención y para concentrarse. Aún a pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se ve en tamborileo de dedos, movimiento constante de los pies o las piernas, etc.).
El TDAH afecta negativamente al rendimiento de estos niños en el colegio, así como a otros aspectos de su vida familiar y social.
Son manifestaciones de una conducta hiperactiva:
Estar en constante movimiento,
Incapacidad para permanecer sentado mucho tiempo,
Correr o trepar por sitios o en momentos inapropiados,
Hablar en exceso,
Jugar muy ruidosamente,
Estar en actividad constante,
Contestar antes de que termine la pregunta,
Ser incapaz de esperar el turno en las colas o en actividades,
Interrumpir sin justificación a los demás.
Casi todos los niños con TDAH tienen problemas por sus conductas hiperactivas e impulsivas antes de los 6 años. Sus padres suelen describirlos como inquietos o difíciles desde que eran bebés, e incluso hay madres que los describen como hiperactivos durante el embarazo.
El niño con TDAH es en muchas ocasiones incapaz de controlar su propia conducta. A veces parecen estar en otro mundo y no responden cuando se les pide que paren o se reclama su atención (mientras que el niño que se porta mal intencionadamente suele estar pendiente de las reacciones y respuestas de los adultos). Los padres perciben en el niño con frecuencia que es un problema de "no poder" más que de "no querer", por lo que se sienten frustrados en su capacidad para criarlos y educarlos. Muchos de ellos han ensayado decenas de métodos diferentes para intentar controlar los problemas conductuales de sus hijos, normalmente con escaso éxito.
Son manifestaciones de los problemas de atención:
Dificultad para seguir instrucciones,
Parecen no escuchar a padres o profesores,
Incapacidad para centrarse en las actividades,
Suelen perder cosas importantes para casa o el colegio,
No prestan atención a los detalles,
Sus conductas parecen desorganizadas,
No son capaces de planear por anticipado con eficacia,
Son olvidadizos y despistados,
Parecen distraídos con frecuencia.
El niño con TDAH con frecuencia pierde el interés por las actividades que está realizando en pocos
minutos, por lo que cambia constantemente de una actividad a otra.
Si un niño presenta este tipo de problemas sólo en un entorno (por ejemplo, sólo en casa, o sólo en el
colegio), es improbable que el problema sea el TDAH. Aunque los síntomas del TDAH se agravan en situaciones de mayor desorganización (lugares ruidosos, con mucha gente, etc.), están presentes en mayor o menor medida en casi todas las situaciones y entornos de la vida del niño (en casa, en el colegio, con los abuelos, haciendo la tarea escolar, viendo la televisión,...). Aunque las situaciones que les divierten (como ver dibujos animados o jugar con videojuegos) les permiten centrar su atención con mayor eficacia, la inquietud (agitar manos, piernas, pies,...) generalmente persiste. Esta variabilidad en las respuestas al entorno a veces genera una interpretación desde fuera de voluntariedad por parte del niño, por lo que se les atribuyen calificativos como "caprichoso", "malcriado", "vago", ...
Algunos niños sólo presentan problemas en el área atencional, y están ausentes los de la hiperactividad y la impulsividad. Es el llamado TDAH, en el que domina la falta de atención.
La clasificación norteamericana de enfermedades psiquiátricas DSM-IV comprende dos grupos de
síntomas fundamentales, la inatención y la hiperactividad/impulsividad, definiendo tres subtipos de TDAH:
Tipo combinado: es el más frecuente. Presenta síntomas en ambos grupos de síntomas.
Tipo predominantemente inatento: destacan los síntomas en el área atencional, y los de la
hiperactividad/impulsividad no son significativos.
Tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo: destacan los síntomas de hiperactividad e
impulsividad, y los del área atencional no son significativos.
La clasificación europea del trastorno, expresada en la CIE-10 (Clasificación de enfermedades de la
Organización Mundial de la Salud), lo denomina Trastorno Hipercinético. Comprende tres grupos de síntomas fundamentales (inatención, hiperactividad, e impulsividad, estos dos últimos unidos en un solo grupo en el DSM-IV), y su diagnóstico exige la presencia significativa de síntomas tanto de inatención como de hiperactividad y de impulsividad. Así, su descripción corresponde a la variante más severa del trastorno, siendo similar al TDAH Tipo Combinado.
Los objetivos del tratamiento del TDAH son los siguientes:
Mejorar o anular los síntomas-guía del TDAH
Reducir o eliminar los síntomas asociados
Mejorar las consecuencias del TDAH: aprendizaje, lenguaje, escritura, relación social, actitud en el entorno familiar, etc
Las tres bases imprescindibles del tratamiento son:
1. Información exhaustiva a padres y profesores.
3. Tratamiento farmacológico.
2. Tratamiento psicopedagógico.
El tratamiento farmacológico es imprescindible en 7 de cada 10 niños con TDAH, y tiene que
individualizarse en cada niño, identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada por el mismo. Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante psicoestimulantes, que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina.
En un estudio llevado a cabo por el Instituto de Salud Mental de EEUU la prevalencia del trastorno se sitúa entre el 3 y el 5% en niños en edad escolar. Los datos sobre la adolescencia y la edad adulta son imprecisos. En lo referente a la distribución de sexos, hay una mayor incidencia de TDAH en varones, con una relación 4/1 (4 varones por cada niña) en población general y 9/1 en población clínica.
Esto es debido, en parte porque el TDAH está infradiagnosticado en las niñas, puesto que presentan menos comportamientos perturbadores, que son los que interfieren en la vida escolar y familiar, pero a su vez presentan más síntomas de humor/ansiedad que los chicos.
El TDAH en España es el trastorno neurobiológico más común en niños. Se estima que entre el 3 y 7% (en algunos estudios se eleva hasta el 8-10%) de la población infanto-juvenil la sufre, lo que equivale a uno o El factor genético está demostrado, puesto que el TDAH es 5-7 veces más frecuente en hermanos y 11-18 veces más frecuente en hermanos gemelos. Se han descrito varios genes posiblemente implicados.
En la revista Jano se ha publicado un articulo en el que Investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud en Bethesda (Estados Unidos) han descubierto un vínculo entre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y el gen Latrophilina 3 (LPHN3). Los resultados del trabajo se publican en la edición digital de la revista Molecular Psychiatry.
Los resultados mostraron una asociación entre el TDAH y una región genómica en LPHN3. Los
investigadores replicaron entonces estos resultados en muestras de cinco poblaciones de otras áreas del mundo, incluyendo Alemania, Noruega, España y otras dos de Estados Unidos.
El TDAH es una de las causas más frecuentes de fracaso escolar y de problemas sociales en la edad
infantil.
El Trastorno de Déficit de Atención con/sin Hiperactividad (TDAH) generalmente se diagnostica en los primeros años de la enseñanza primaria. Algunos síntomas, no obstante, están ya presentes antes de los 7 años de edad, y con frecuencia persiste en la adolescencia y en la vida adulta. Se diagnostica más frecuentemente en varones (en una proporción aproximada de 4 chicos por cada chica). Los síntomas suelen atenuarse a lo largo de la adolescencia y la vida adulta, sobre todo la hiperactividad, y aunque en muchos casos aún persisten durante este periodo, el paciente puede ir compensándolo.
El TDAH es un trastorno aún poco reconocido, por lo que menos de la mitad de los pacientes afectados ha recibido un diagnóstico adecuado, y aún dentro de éstos, pocos reciben el adecuado tratamiento. Ello determina un impacto negativo muy importante tanto para el bienestar del paciente como el de su familia.
Un niño con TDAH que no recibe un diagnóstico y/o un tratamiento correctos tiene altas probabilidades de sufrir, a lo largo de su desarrollo, un notable deterioro de su rendimiento escolar, de sus relaciones familiares y de su entorno social. Y lo que es más grave, que dicho deterioro y sus consecuencias se extiendan durante su vida adulta en forma de problemas laborales, dificultades de pareja, consumo de drogas, conductas antisociales y otros trastornos psiquiátricos asociados.
Los niños con TDAH son muy "movidos" e impulsivos, y tienen problemas para prestar atención y para concentrarse. Aún a pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se ve en tamborileo de dedos, movimiento constante de los pies o las piernas, etc.).
El TDAH afecta negativamente al rendimiento de estos niños en el colegio, así como a otros aspectos de su vida familiar y social.
Son manifestaciones de una conducta hiperactiva:
Estar en constante movimiento,
Incapacidad para permanecer sentado mucho tiempo,
Correr o trepar por sitios o en momentos inapropiados,
Hablar en exceso,
Jugar muy ruidosamente,
Estar en actividad constante,
Contestar antes de que termine la pregunta,
Ser incapaz de esperar el turno en las colas o en actividades,
Interrumpir sin justificación a los demás.
Casi todos los niños con TDAH tienen problemas por sus conductas hiperactivas e impulsivas antes de los 6 años. Sus padres suelen describirlos como inquietos o difíciles desde que eran bebés, e incluso hay madres que los describen como hiperactivos durante el embarazo.
El niño con TDAH es en muchas ocasiones incapaz de controlar su propia conducta. A veces parecen estar en otro mundo y no responden cuando se les pide que paren o se reclama su atención (mientras que el niño que se porta mal intencionadamente suele estar pendiente de las reacciones y respuestas de los adultos). Los padres perciben en el niño con frecuencia que es un problema de "no poder" más que de "no querer", por lo que se sienten frustrados en su capacidad para criarlos y educarlos. Muchos de ellos han ensayado decenas de métodos diferentes para intentar controlar los problemas conductuales de sus hijos, normalmente con escaso éxito.
Son manifestaciones de los problemas de atención:
Dificultad para seguir instrucciones,
Parecen no escuchar a padres o profesores,
Incapacidad para centrarse en las actividades,
Suelen perder cosas importantes para casa o el colegio,
No prestan atención a los detalles,
Sus conductas parecen desorganizadas,
No son capaces de planear por anticipado con eficacia,
Son olvidadizos y despistados,
Parecen distraídos con frecuencia.
El niño con TDAH con frecuencia pierde el interés por las actividades que está realizando en pocos
minutos, por lo que cambia constantemente de una actividad a otra.
Si un niño presenta este tipo de problemas sólo en un entorno (por ejemplo, sólo en casa, o sólo en el
colegio), es improbable que el problema sea el TDAH. Aunque los síntomas del TDAH se agravan en situaciones de mayor desorganización (lugares ruidosos, con mucha gente, etc.), están presentes en mayor o menor medida en casi todas las situaciones y entornos de la vida del niño (en casa, en el colegio, con los abuelos, haciendo la tarea escolar, viendo la televisión,...). Aunque las situaciones que les divierten (como ver dibujos animados o jugar con videojuegos) les permiten centrar su atención con mayor eficacia, la inquietud (agitar manos, piernas, pies,...) generalmente persiste. Esta variabilidad en las respuestas al entorno a veces genera una interpretación desde fuera de voluntariedad por parte del niño, por lo que se les atribuyen calificativos como "caprichoso", "malcriado", "vago", ...
Algunos niños sólo presentan problemas en el área atencional, y están ausentes los de la hiperactividad y la impulsividad. Es el llamado TDAH, en el que domina la falta de atención.
La clasificación norteamericana de enfermedades psiquiátricas DSM-IV comprende dos grupos de
síntomas fundamentales, la inatención y la hiperactividad/impulsividad, definiendo tres subtipos de TDAH:
Tipo combinado: es el más frecuente. Presenta síntomas en ambos grupos de síntomas.
Tipo predominantemente inatento: destacan los síntomas en el área atencional, y los de la
hiperactividad/impulsividad no son significativos.
Tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo: destacan los síntomas de hiperactividad e
impulsividad, y los del área atencional no son significativos.
La clasificación europea del trastorno, expresada en la CIE-10 (Clasificación de enfermedades de la
Organización Mundial de la Salud), lo denomina Trastorno Hipercinético. Comprende tres grupos de síntomas fundamentales (inatención, hiperactividad, e impulsividad, estos dos últimos unidos en un solo grupo en el DSM-IV), y su diagnóstico exige la presencia significativa de síntomas tanto de inatención como de hiperactividad y de impulsividad. Así, su descripción corresponde a la variante más severa del trastorno, siendo similar al TDAH Tipo Combinado.
Los objetivos del tratamiento del TDAH son los siguientes:
Mejorar o anular los síntomas-guía del TDAH
Reducir o eliminar los síntomas asociados
Mejorar las consecuencias del TDAH: aprendizaje, lenguaje, escritura, relación social, actitud en el entorno familiar, etc
Las tres bases imprescindibles del tratamiento son:
1. Información exhaustiva a padres y profesores.
3. Tratamiento farmacológico.
2. Tratamiento psicopedagógico.
El tratamiento farmacológico es imprescindible en 7 de cada 10 niños con TDAH, y tiene que
individualizarse en cada niño, identificando la dosis mínima eficaz y bien tolerada por el mismo. Aunque hay otras alternativas farmacológicas, el tratamiento habitual es mediante psicoestimulantes, que mejoran la liberación de noradrenalina y dopamina.
miércoles, 1 de febrero de 2017
URETERORRENOSCOPIA o ureteroscopia (URS) flexible con láser
Los cálculos renales que no respondan al tratamiento con litrotricia, y que sean muy duros o que estén ubicados en zonas en los que no funcione la LEOC (Litotricia extracorpórea por ondas de choque), pueden ser tratadas con ureteroscopía flexible. Muchos hombres y mujeres que tengan contraindicaciones para el empleo de la LEOC o que tengan pocas probabilidades de éxito con este tratamiento (tales como pacientes con obesidad mórbida) podrían beneficiarse de una ureteroscopía. La ureteroscopía también es útil para el tratamiento de cálculos renales de mayor tamaño. La ureteroscopía es un procedimiento que se suele realizar bajo anestesia general o espinal (epidural). Se inserta un endoscopio (cámara de pequeño tamaño) a través de la uretra sin la necesidad de realizar una incisión. Posteriormente se localiza el cálculo renal que se rompe en fragmentos más pequeños mediante un láser Holmium para poder extraerlos empleando una “cesta” especial. Existen dos tipos de ureteroscopios: el ureteroscopio flexible empleado para los cálculos renales ubicados en los riñones y en la parte superior de los uréteres, y los ureteroscopios semi-rígidos para los cálculos renales ubicados en la parte inferior o baja de los uréteres.
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