jueves, 2 de julio de 2015

Hiperuricemia

 
The Gout (James Gillray, 1799)

 
La hiperuricemia es un exceso de ácido úrico en la sangre. El ácido úrico pasa a través del hígado y entra al torrente sanguíneo. Para mantener valores normales de la sangre, la mayoría es excretado (eliminado) en la orina o en las heces.  
Los niveles de ácido úrico normales son entre 2,4 y 6,0 mg/dL (para las mujeres) y entre 3,4 y 7,0 mg/dL (para los hombres). Los valores normales varían según el laboratorio.
En la hiperuricemia cabe distinguir, una forma primaria, ocasionada por un aumento de la producción de ácido úrico por la degradación de purinas o bien por la dificultad en la eliminación eficiente del ácido úrico de la sangre, y una forma secundaria ocasionada por: muerte celular por ciertos cánceres o agentes quimioterapéuticos, síndrome de lisis tumoral, enfermedad renal, medicamentos, enfermedades endocrinológicas o metabólicas, etc.
La hiperuricemia puede que no de síntomas, o bien dar clínica de enfermedad renal o artritis gotosa.
Ante un paciente con hiperuricemia asintomática se debe llevar a cabo la siguiente estrategia:  a) identificar los factores determinantes de su hiperuricemia (secundaria o primaria); b) establecer un diagnóstico fisiopatológico (superproducción de ácido úrico o infraexcreción renal), y c) prescribir fármacos hipouricemiantes. Estos fármacos sólo se deben administrar cuando: a) hayan fracasado otras medidas no farmacológicas; b) no sea posible sustituir el presunto fármaco hiperuricemiante, y c) se considere que el riesgo de artritis gotosa o de urolitiasis (generalmente, uricemia mayor de 10 mg/dl y/o uricosuria superior a 1.000 mg/24 h) es superior a los inconvenientes de la administración de fármacos que desciendan la concentración sérica de uratos.

            

No hay comentarios:

Publicar un comentario