Reducir la actividad física en la escuela es un error. Son muchos los estudios que incentivan la realización de ejercicio en los sistemas educativos junto con la adquisición de conocimientos teóricos. El número de horas es algo que puede discutirse pero deben ser expertos los que indiquen la justa proporcionalidad.
El cuerpo humano ha evolucionado para ser fisicamente activo. Nuestro cuerpo necesita la actividad física para mantenerse sano, y está intensamente relacionada con una vida más larga y saludable. En los últimos años los maestros se manifiestan ante las instituciones educativas para protestar por lo que se considera una equivocación, reducir las horas lectivas dedicadas al ejercicio físico.
También hace unos meses se ha hablado y se ha puesto en evidencia una epidemia que azota a los más jovenes. La obesidad infantojuvenil debe combatirse desde la escuela motivando hábitos alimenticios y físicos desde la más tierna infancia.
Recientemente publicado un estudio liderado por investigadores catalanes ha constatado la efectividad contra la obesidad infantil de los programas escolares para concienciar a los niños y sus padres de la importancia de llevar unos buenos hábitos alimentarios.
El estudio, publicado en la revista Trials, es el resultado de un trabajo de 28 meses que ha consistido en tomar medidas antropométricas a 1.222 niñas y niños de 24 escuelas de Reus (Tarragona) y comparar los resultados con 717 escolares de más de , que no han recibido intervención.
Las medidas de los participantes al inicio y al final del estudio incluían el índice de masa corporal y
cuestionarios sobre hábitos alimentarios y de estilo de vida, que rellenaron las familias de los participantes.
Los resultados del trabajo muestran que, en dicho periodo, las actividades de la intervención --clases
prácticas sobre hábitos saludables, objetivos nutricionales y actividades para las familias-- hicieron reducir la prevalencia de obesidad en los pequeños.
En concreto, en los niños se observó un crecimiento de la prevalencia entre el inicio y el final del estudio del 2,03% en el grupo que no había recibido la intervención y una reducción del 2,36% en el grupo que la recibió.
Entre las niñas también se halló un decrecimiento de la prevalencia de obesidad más acentuado en el
grupo que recibió la intervención (-1,66%) y una reducción del 1,03% en el grupo que no la recibió.
También se observaron resultados prometedores en cuanto al índice de masa corporal y los estilos de vida, especialmente en cuanto a las horas de actividad física, que incrementaron notablemente.
Las clases de educación física benefician el rendimiento académico de los escolares, en concreto, la capacidad de concentración y de poner atención. «Los maestros de escuela con frecuencia afirman que los alumnos pierden la atención y la concentración», comenta Maria Chiara Gallotta, de la Universidad de Roma y autora del estudio que lo afirma.
Los resultados del estudio catalán también muestran que el consumo habitual de pescado es un factor
protector contra la obesidad, mientras que comer a menudo en restaurantes de comida rápida es un factor de riesgo que facilita la aparición.
Actividad física y Salud en la infancia y adolescencia
Hay que ser constante en el cuidado de la forma física de cara a la edad más adulta.
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