La sensibilidad química múltiple (SQM) es una enfermedad crónica que afecta a diferentes partes del cuerpo y generalmente se presenta en respuesta a la exposición química.
La contaminación, los vapores químicos que emanan muebles y alfombras, los propios muebles sintéticos, pinturas, tratamientos para maderas, incluso periódicos y revistas pueden desencadenar una reacción severa.
El primer documento de consenso que se llevo a cabo en Europa sobre el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM), que afecta sobre todo a mujeres y genera un conjunto de síntomas vinculados a una amplia variedad de factores medioambientales fue presentado por el Ministerio español de Sanidad en 2011. El desconocimiento acerca de su origen, sus causas y sus mecanismos de acción ha dificultado que se consensuara un método científico para su diagnóstico y tratamiento.
El documento establece, de forma consensuada, la definición de caso de SQM, así como los criterios
diagnósticos de la enfermedad. Así, se entenderá por 'caso' el de cualquier individuo que, con la
exposición a diversos agentes químicos ambientales a bajos niveles, presente síntomas reproducibles y
recurrentes que impliquen a varios órganos y sistemas, pudiendo mejorar su estado en el momento en que los supuestos agentes causantes sean eliminados o se evite la exposición a ellos. También establece recomendaciones para ayudar en el diagnóstico, así como para el abordaje terapéutico. Con todo, existe un consenso acerca de que la SQM no tiene un tratamiento específico, pues se desconoce su etiopatogenia -aunque se sugiere un origen multifactorial- y no existe evidencia científica sobre la eficacia de los
distintos tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. En este sentido, el documento señala que la medida más eficaz contra la enfermedad es evitar la exposición a las situaciones advertidas como desencadenantes del cuadro clínico. Al no existir por ahora tratamiento curativo, las intervenciones terapéuticas deben encaminarse a mejorar la sintomatología. Además, de cara a mejorar la atención sanitaria, se resalta la importancia que tiene que el personal de los servicios sanitarios conozca las características especiales que exige el manejo de pacientes con SQM y su entorno. Al respecto, el documento también ofrece un algoritmo de actuación sanitaria.
La contaminación, los vapores químicos que emanan muebles y alfombras, los propios muebles sintéticos, pinturas, tratamientos para maderas, incluso periódicos y revistas pueden desencadenar una reacción severa.
El primer documento de consenso que se llevo a cabo en Europa sobre el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM), que afecta sobre todo a mujeres y genera un conjunto de síntomas vinculados a una amplia variedad de factores medioambientales fue presentado por el Ministerio español de Sanidad en 2011. El desconocimiento acerca de su origen, sus causas y sus mecanismos de acción ha dificultado que se consensuara un método científico para su diagnóstico y tratamiento.
El documento establece, de forma consensuada, la definición de caso de SQM, así como los criterios
diagnósticos de la enfermedad. Así, se entenderá por 'caso' el de cualquier individuo que, con la
exposición a diversos agentes químicos ambientales a bajos niveles, presente síntomas reproducibles y
recurrentes que impliquen a varios órganos y sistemas, pudiendo mejorar su estado en el momento en que los supuestos agentes causantes sean eliminados o se evite la exposición a ellos. También establece recomendaciones para ayudar en el diagnóstico, así como para el abordaje terapéutico. Con todo, existe un consenso acerca de que la SQM no tiene un tratamiento específico, pues se desconoce su etiopatogenia -aunque se sugiere un origen multifactorial- y no existe evidencia científica sobre la eficacia de los
distintos tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. En este sentido, el documento señala que la medida más eficaz contra la enfermedad es evitar la exposición a las situaciones advertidas como desencadenantes del cuadro clínico. Al no existir por ahora tratamiento curativo, las intervenciones terapéuticas deben encaminarse a mejorar la sintomatología. Además, de cara a mejorar la atención sanitaria, se resalta la importancia que tiene que el personal de los servicios sanitarios conozca las características especiales que exige el manejo de pacientes con SQM y su entorno. Al respecto, el documento también ofrece un algoritmo de actuación sanitaria.
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