Corría el 2013. Repasando la prensa nacional saltó ante mi vista un artículo de Carlos Gracia publicado en El Diario de León en el que trasladaba al lector los beneficios de ciertas actividades rutinarias que previenen la aparición del deterioro cognitivo.
En este artículo el jefe de la Unidad de Demencias del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, el neurólogo Jesús Cacho explicaba en en una entrevista con Efe, que la participación activa en las redes sociales es una buena forma de prevenir la aparición del alzheimer, al igual que lo es el hecho de cultivar un huerto.
El que participa en las redes sociales está generando reservas cognitivas en su cerebro y, por tanto, es un factor fundamental como medida protectora ante la aparición de demencias, según el neurólogo.
Las personas mayores que viven en los pueblos y tienen la costumbre de sembrar un huerto provocan que con esta práctica su "cerebro genere , que dependerán del lóbulo frontal, tan afectado por las demencias", ha argumentado la neuropsicóloga salmantina del equipo del doctor Cacho, Rosalía García.
Con el cultivo de los huertos se produce una terapia multisensorial, ya que, además de estimular las funciones cognitivas, las personas se impregnan de sol y aire y se estimulan neurotransmisores como la serotonina, que suele aparecer alterada en pacientes con problemas cognitivos.
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