Los bebés habitualmente comienzan a gatear entre los 8 y los 9 meses. La mayoría de los niños lo hacen a esa edad, pero es importante recalcar que cada niño es diferente, y algunos gatean antes y otros más tarde.
Como cualquier logro del niño, el gatear implica un aprendizaje, y es una actividad que irá evolucionando. Requiere una fuerza muscular adecuada para que el bebé pueda mantenerse en esa posición. Al tiempo el gateo favorece e incrementa el desarrollo muscular y el equilibrio.
Primero el bebé necesitará jugar mucho en el piso para ir descubriendo sus posibilidades; en un principio comenzará a rotar para un lado y para el otro; luego al descubrirse las piernas intentará arrastrarse. Más tarde se pondrá en cuatro patas y así probará sus habilidades hasta que finalmente logre gatear.
Como cualquier logro del niño, el gatear implica un aprendizaje, y es una actividad que irá evolucionando. Requiere una fuerza muscular adecuada para que el bebé pueda mantenerse en esa posición. Al tiempo el gateo favorece e incrementa el desarrollo muscular y el equilibrio.
Primero el bebé necesitará jugar mucho en el piso para ir descubriendo sus posibilidades; en un principio comenzará a rotar para un lado y para el otro; luego al descubrirse las piernas intentará arrastrarse. Más tarde se pondrá en cuatro patas y así probará sus habilidades hasta que finalmente logre gatear.
El gateo además desarrolla la visión, la tactilidad, el habla, el equilibrio,
la manualidad, la orientación y la propiocepción además de otras
importantes funciones. Actualmente, los niños apenas gatean, la mayoría
de los bebés ni se arrastran ni gatean lo suficiente. Pasan del
parquecito a ponerse en pie y ese hecho puede tener unas repercusiones
en el desarrollo de los niños.
Cuando un bebé empieza a gatear en forma precoz, los padres pueden llegar a pensar que también va a ser precoz para caminar. Pero no necesariamente tiene que ocurrir de esta forma. Puede que sí, pero puede que no. En algunos casos sí puede ocurrir. Pero también puede pasar que el bebé haya empezado a gatear en forma precoz, y que el chico esté encantado con esta forma de trasladarse, y no tiene apuro por caminar, y tarda más caminar. En síntesis, que haya gateado en forma precoz, no tiene nada que ver con que empiece antes o después a caminar.
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