En 2003 la Comisión Europea ya alertaba de la posibilidad de transmisión de hepatitis y sida con la practica de tatuajes, además de reacciones alérgicas e infecciones cutáneas.
"Outbreak of Mycobacterium chelonae Infection
Associated with Tattoo Ink" es un estudio publicado en 2013 en NEJM
basado de una investigación iniciada en 2002 sobre la base de un informe
inicial de un dermatólogo. Se investigó un brote de pacientes tatuados, localizados
en Rochester, Nueva York y asociado a una infección por Mycobacterium chelonae
de piel y tejidos blandos. Los principales objetivos fueron identificar el
alcance, la causa y la forma de transmisión del brote y para prevenir nuevos casos
de infección.
Se pueden dar infecciones de todo tipo (bacterias y micóticas) por
realizarse un tatuaje o un piercing en lugares con condiciones sanitarias
dudosas simplemente porque es más barato. Normalmente, las
infecciones se producen dependiendo del estado del sistema inmunológico del
paciente, normalmente más débil de lo normal, y del recinto donde se hagan los
tatuajes.
Sin embargo, la sorpresa se encontró cuando, al
investigar el centro de tatuajes y a los pacientes, según se comenta en el
estudio, se descubrió que el origen de la micobacteria no se debía a las
condiciones o praxis del tatuador (del que se comprobó que seguía todas las
normativas de seguridad y cuyos instrumentos estaban especialmente bien
esterilizados), sino a uno de los colores premezclados que utilizaba el tatuador.
En todos los pacientes se utilizó una tinta
premezclada para conseguir diferentes tonalidades de grises. Analizados los
envases la tinta apareció contaminada independientemente de si los frascos
estaban abiertos o no. La tinta procedía de un distribuidor y fue adquirida en
una feria de tatuajes en Arizona.
En EEUU, las tintas de los tatuajes se consideran
dentro del ámbito de los cosméticos en su normativa, por lo que las leyes que
se han de seguir se ajustan a los de estos productos. Los componentes de los pigmentos de las tintas requieren de su aprobación
para ser comercializados y se investiga que en ellos no se encuentren ciertos
componentes peligrosos para la salud"
La normativa es parecida a la que rige en España,
donde se siguen las disposiciones aprobadas por el Consejo de Europa. En ella,
se ofrece un listado con aquellos componentes que no se pueden utilizar para comercializar
una tinta, la concentración máxima de impurezas permitidas o que todo el
proceso se lleve a cabo con productos esterilizados.
Loa autores de estudio
recuerdan las dificultades en el tratamiento de aquellos que han sido
contaminados y pide a las autoridades respuesta ante estos hechos, contemplando
mayores sistemas de seguridad no sólo en los componentes de las tintas, sino
también en su producción y manejo.Siguiendo esa normativa se mejoraría el conocimiento, el diagnóstico y el tratamiento con el fin de desarrollar medidas más eficaces para los problemas de salud pública que pueden relacionarse con la práctica del tatuaje, tan de moda en nuestros días.
Este tema me ha interesado desde hace tiempo, debido a que no siempre se cumplen los controles, tampoco se usan siempre tintas aprobadas, sino que se abaratan costos usando hasta tintas para impresoras,y como solventes Listerine o incluso metanol...Y como si esto fuera poco, ocurre que se produce una adicción y ahora se hacen tatuajes hasta en los ojos. Un horror.
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