viernes, 20 de noviembre de 2015

Ruido y salud


El ruido, entendido como sonidos molestos que percibe el oído, es considerado contaminación, puesto que deteriora la calidad ambiental de allí donde vivimos. La molestia por ruido es siempre subjetiva ya que un mismo sonido se puede considerar agradable o molesto según sus características, el momento en que se produce y también cómo es la persona que la recibe. Pero lo que es objetivo es el mal que puede causarnos.
Los que vivimos en las grandes ciudades soportamos gritos en las calles, el sonido de los coches o las obras de construcción. Éstas son algunas de las causas por las que el 72 por ciento de los ciudadanos considera que vive en una ciudad ruidosa, tal y como señala el III informe Ruido y Salud DKV-GAES. El informe, que recopila datos sobre el nivel de exposición a la contaminación acústica de la población y cómo afecta a la salud de las personas, es la compilación más completa elaborada hasta la fecha sobre el tema. Esta percepción es aún mayor para los nueve millones de personas que cada día soportan niveles superiores a los 65 decibelios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Puede parecer un afirmación exagerada, pero no lo es: el tráfico es la causa de miles de muertes al año en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), tanto la contaminación atmosférica como acústica que generan los vehículos en las ciudades provoca 50.000 infartos al año en Europa. Y el ruido del tráfico en concreto, y sólo en Madrid, está relacionado con 1.048 muertes por problemas cardiovasculares y 1.060 por enfermedades respiratorias. Lo ha calculado un grupo de investigadores españoles que afirma que descender un decibelio de media los niveles de ruido diurno podría reducir hasta 468 el número de muertes: en 284 las muertes prematuras anuales de origen cardiovascular y en 184 las relacionadas con problemas respiratorios.
Cuando estos sonidos se producen durante el horario nocturno, se reducen las horas de sueño afectando así a la salud con la aparición de problemas cardiovasculares.  Sus consecuencias dependen de la ciudad de España en la que se viva, pues si el 31 por ciento de los sevillanos declara tener problemas para dormir, en Barcelona sólo dos de cada diez tienen ese misma preocupación. Aun así, grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia se sitúan como las peor valoradas. Esta consideración tiene su origen en el ruido del tráfico, causante de más del 80 por ciento de la contaminación acústica, las fiestas de vecinos o el sonido de una obra, que es el elemento más molesto para los españoles.
 





No hay comentarios:

Publicar un comentario