Es, por tanto, un desequilibrio de la flora intestinal.
Estudios realizados indican que las dietas prebióticas (ricas en fibra) y probióticas (basadas en lácteos y leches fermentadas) favorecen el crecimiento de las bacterias intestinales beneficiosas. Por el contrario, las dietas hiperproteicas, pueden aumentar la producción de sustancias nocivas (amoniaco, aminas ...) por parte de las bacterias intestinales.
Tener alterada la microbiota intestinal supone un problema para nuestra salud ya que nuestro sístema inmune puede verse alterado lo que favorece la presencia de patología inflamatoria o degenerativa como el cáncer colorrectal o el síndrome metabólico, entre otras.
La disbiosis se combate reequilibrando la flora intestinal consumiendo alimentos fermentados como el chucrut, vinagre de manzana crudo, etc; consumir grasas de buena calidad como el aceite de oliva virgen extra, frutos secos como las almendras o los pistachos, cocinar los alimentos de forma saludable (al vapor, escaldado, salteado o guisados a fuego lento ...) y evitando el estrés, el tabaco, el alcohol y el sedentarismo.
Disbiosis intestinal
Finalmente os invito a leer el siguiente artículo en el que se pasa revista a una serie de términos que ayudaran a entender esta entidad.
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