El objetivo de las Unidades de Hospitalización Domiciliaria es atender a pacientes que requieren cuidados especializados de rango hospitalario en su propio domicilio, garantizándoles una eficacia y seguridad similares a las que recibirían mediante una hospitalización convencional.
Su origen se remonta a 1947 cuando el Hospital Guido Montefiore de Nueva york implantó este sistema de atención médica, garantizando de esta forma disponer de más camas en el hospital evitando la saturación y dar a los pacientes la posibilidad de recuperarse en un ambiente más familiar.
Unos años más tarde, en 1951, la idea salta a Europa. Es el Hospital Tenon de Paris el primero en crear una Unidad de Hospitalización Domiciliaria, tardando unos años más en desarrollarse en otros países europeos.
En España el hospital pionero fue en 1981 el Hospital Provincial de Madrid (actual hospital General Universitario Gregorio Marañón). A partir de ese momento, la iniciativa ha ido poco a poco poniéndose en marcha en otros hospitales. Así en 1988 se instaura en el Hospital de Cruces (Vizcaya) que puso en marcha una experiencia piloto de atención domiciliaria que fue la primera de este tipo dentro de la red gestionada por el Instituto Nacional de la Salud (INSALUD). Y le siguieron otros hospitales: Virgen del Rocio en Sevilla y Marqués de Valdecilla en Santander, ambos en 1984, General Yagüe en Burgos (1985), Juan Canalejo en La Coruña (1987), etc.
En los últimos años es en el País Vasco y en la Comunidad Valenciana donde más se ha extendido esta alternativa asistencial.
En Aragón se cuenta con Unidades asistenciales en el Hospital Royo villanova y en el Hospital de Alcañiz.
No obstante, desde sus orígenes hasta la actualidad la idea ha ido evolucionando y extendiéndose a otras ciudades y continentes con estructuras y procedimientos adaptados a cada Sistema Nacional de Salud
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