Es una afección mental caracterizada por cambios marcados en el estado de ánimo. Estos periodos de estar triste o deprimido pueden alternar con periodos de sentirse extremadamente eufórico y activo (manía).
Afecta por igual a hombres y mujeres. Puede ser hereditario aunque no se ha identificado el defecto genético que podría causarlo. Su causa se desconoce aunque se cree que intervienen una serie de factores neurobiológicos y psicosociales. Algunos factores de riesgo se han asociado a la aparición de la enfermedad como el ritmo estacional, la asociación familiar, determinadas alteraciones bioquímicas de los neurotransmisores y acontecimientos de vida estresantes.
Esta evolución suele evolucionar de forma crónica alternando episodios de manía y de depresión (suele debutar con un episodio depresivo).
El diagnóstico se basa en la clínica de cada una de las fases. En algunos casos pueden simultanearse conociéndose el proceso como trastorno bipolar mixto.
Se ha de descartar la presencia de otros procesos como otros trastornos físicos, efectos de consumo de drogas, efectos secundarios de determinados medicamentos.
Los episodios depresivos se tratan como una depresión, pero en estos pacientes están especialmente indicados los estabilizadores del estado de ánimo como el litio que se emplea para prevenir las recaídas.
Para comprobar su eficacia se hace necesario hacer análisis para conocer los niveles de litio en sangre y controlar los efectos secundarios.
En ocasiones se hace necesario utilizar anticonvulsivantes y psicoterapia.
Depresión, ¿relacionada con el enojo y la agresividad?
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