El
síndrome de Pinocho, se conoce en psiquiatría con
el apelativo de "mentira patológica" o también con el
nombre de “mitomanía”. Algunos investigadores de la mente humana,
indican que esta patología se caracteriza por la compulsión
irremediable que sufren algunas personas para mentir.
No todas las personas que
mienten padecen este síndrome. Algunos mienten conscientemente para
conseguir un beneficio, pero el mentiroso patológico no miente con
una intención. Sus mentiras son espontáneas y no planeadas, y una
vez entrada en esta dinámica de farsa y engaños no pueden parar,
manteniendo en muchas ocasiones durante años las mentiras. El
mentiroso patológico sabe que miente, pero no puede evitarlo hasta que
finalmente termina creyendo sus propias fábulas.
La mitomanía no es
inofensiva. Tiene efectos secundarios en distinto nivel.
En el ámbito social, el mitómano suele perder credibilidad y
se le etiqueta como el “cuenta cuentos”. A nivel familiar, es definida
como una persona poco recomendable y de escasa confianza. Y a nivel de
contactos y amigos, éstos tienden a distanciarse o bien la persona termina
alejada del grupo.
El único tratamiento para personas con este
síndrome es la psicoterapia, aunque en la actualidad, no hay investigaciones sobre
esta área que puedan garantizar la cura definitiva del paciente.
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