lunes, 13 de julio de 2015

Rosácea

 

La primera descripción conocida de esta enfermedad se atribuye a Guy de Chauliak, cirujano francés de la Edad Media que llamó a la rosácea ‘gota de rosa’ o ‘cuperosis’. A lo largo de la historia también se ha llamado ‘vasoneurosis’, porque se pensaba que se relacionaba con enfermedades nerviosas, y ‘granos de vino’, ya que se creía que el alcohol era la causa principal. El Dr. Enrique Piffard, en el siglo XIX, consiguió establecer las diferencias de la rosácea con el acné y así se definió definitivamente esta enfermedad. A lo largo de la Historia, grandes personajes públicos han sufrido rosácea, algunos ejemplos recientes son el ex presidente de EE.UU. Bill Clinton o la princesa Diana de Gales.
La rosácea o acné rosácea es una inflamación acneiforme  de la piel que provoca que la cara se torne de color rojo. Puede ocasionar hinchazón y úlceras cutáneas, más frecuente en mujeres adultas, con especial aumento a la exposición calórica y solar. Suele estar limitada a la cara, con afectación principal de la piel de las mejillas, nariz y frente. Se caracteriza por eritema persistente, telangiectasias, pápulas, pústulas e hipertrofia de glándulas sebáceas en grado variable. La forma más avanzada es el "rinofima", caracterizado por una hipertrofia de la piel de la nariz.
La rosácea es más frecuente en las mujeres pero suele ser más intensa en los hombres afectados. Aparece en personas adultas de más de 30 años y puede estar asociada con otros problemas cutáneos (acné, seborrea), o con enfermedades oculares (blefaritis y conjuntivitis).
La etiología de la enfermedad permanece desconocida.
La rosácea tiene una tendencia a heredarse. La exposición al sol, el calor y el alcohol la empeoran.
No hay un tramiento conocido. Se trata con cosmética para pieles sensibles y con antibióticos de amplio espectro cuando surgen complicaciones infecciosas.
No es grave, pero acompaña la vida con periodos de más y menos intensidad.

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