sábado, 23 de mayo de 2015

Trastorno Especifico del Lenguaje (TEL)



El trastorno específico del lenguaje (TEL) o trastorno específico del desarrollo del lenguaje (TEDL) es un trastorno en el lenguaje caracterizado por la incapacidad para usarlo. El término ha ido reemplazando paulatinamente denominaciones más antiguas como alalia, automudez, sordera verbal congénita o afasia evolutiva. Su definición viene dada  por exclusión:  es todo inicio retrasado y todo desarrollo enlentecido del lenguaje que no pueda relacionarse con un déficit sensorial, un déficit motor, deficiencia mental, trastornos psicopatológicos, privación socioafectiva ni con lesiones cerebrales evidentes.

No se conoce muy bien la etiología, pero las investigaciones revelan el origen genético del TEL. No obstante, a pesar de su origen biológico, no se descartan algunos condicionantes externos que pudieran favorecer su desarrollo.

Puede ser difícil de diferenciar del retraso simple del lenguaje a edades tempranas, por lo que es frecuente que el diagnóstico se retrase. Es más frecuente en niños que en niñas en una relación de 3 a 1 aproximadamente. Resulta difícil establecer su prevalencia en un porcentaje exacto (entre el 1 y 7 %) porque en numerosas ocasiones va ligado a otros trastornos.

Es difícil identificar un TEL antes de los tres años, e incluso a esta edad es necesario ser cautos en la evaluación. Cuando el lenguaje verbal no aparece, se desarrolla lentamente para la edad cronológica, o aparece distorsionado, se deben descartar otras causas antes de afirmar su naturaleza específica y llegar al diagnóstico de TEL.

El tratamiento debe ser intensivo y prolongado. Tiene que estar basado en los resultados de la evaluación realizada de manera coordinada entre las familias y los profesionales implicados (pediatra, neurólogo, psicopedagogo y maestro).

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