El culto al cuerpo ha alcanzado límites extraordinarios mayoritariamente entre nuestros jóvenes. El éxito social y la nutrición están intimamente relacionados hasta el punto de originar una patología, los trastornos de la alimentación, cada vez más varipintos.
La tendencia a dejar de comer durante horas para compensar las calorías ingeridas con las bebidas alcohólicas se está extendiendo, sobre todo, entre las chicas jóvenes, que son las que primero se preocupan por adelgazar.
Varias publicaciones se han hecho eco de este comportamiento insano, y podría incluirse dentro del grupo de los trastornos de la conducta alimentaria. La drunkorexia (del término inglés drunk -estar bebido- y por el sufijo orexia -apetito-) surge porque los jóvenes de hoy, dadas las calorías que tiene el alcohol, deciden que entre comer o beber, prefieren la segunda opción.
La "diabulimia" es un problema de la conducta alimentaria al alza entre chicas diabéticas, que utilizan la condición de la disciplina alimentaria que exige su enfermedad para tratar de perder el máximo peso. Es fácil comprender que los trastornos de la conducta son especialmente peligrosos si se suman a una enfermedad crónica como es la diabetes
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