miércoles, 6 de mayo de 2015

Síndrome de las piernas inquietas

Llamada también enfermedad de Willis-Ekbom es una mioclonía nocturna o acatisia. Afección caracterizada por ser un trastorno del sistema nervioso que provoca un impulso irrefrenable a levantarse y pasear o caminar. Se siente incomodidad a menos que se muevan las piernas. El movimiento detiene la sensación desagradable durante un corto tiempo.
Su causa no se conoce con exactitud. Puede deberse a un problema con la producción de dopamina. La dopamina es un químico cerebral que ayuda con el movimiento muscular.
El síndrome de las piernas inquietas (SPI) puede estar relacionado con otras afecciones y puede ocurrir con mayor frecuencia en personas con: enfermadad renal crónica, diabetes, deficiencia del hierro, neuropatia periférica... o estar relacionadas con el consumo de determinados medicamentos.
El SPI ocurre con mayor frecuencia en personas de mediana edad y adultos mayores. Se transmite con frecuencia de padres a hijos y esto puede ser un factor cuando los síntomas comienzan a temprana edad.
Este síndrome lleva a sensaciones desagradables en la parte inferior de las piernas. Estas sensaciones (hormigueo, dolor, palpitaciones...) provocan unas ganas irrefrenables de mover las piernas.
Las molestias, por lo general, empeoran por la noche, cuando se esta acostado, tienen un periodo limitado, puede variar la zona de las extremidades en las que se hagan presentes y se alivian al moverse o estirarse.
Los síntomas algunas veces pueden dificultar el hecho de sentarse durante los viajes por aire o en automóvil o a lo largo de las clases o las reuniones.
El estrés o una alteración emocional pueden empeorar los síntomas.
La mayoría de los personas con este síndrome tienen movimientos rítmicos de las piernas cuando duermen. Esta afección se denomina trastorno de movimiento periódico de las extremidades (PLMD, por sus siglas en inglés).
Todos estos síntomas dificultan el hecho de dormir y la falta de sueño puede conducir a somnolencia diurna, ansiedad o depresión, confusión...
El diagnóstico se basará en la historia clínica y en el examen físico. Exámenes de sangre y otros pruebas complementarias pueden ayudarnos a descartar afecciones que puedan causar síntomas similares.
El síndrome de las piernas inquietas no se puede curar. Sin embargo, el tratamiento puede aliviar los síntomas. Ciertos cambios de estilo de vida pueden ayudarle a hacerle frente a la afección y aliviar los síntomas. Algunos medicamentos pueden ayudar a controlar el síndrome






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