viernes, 17 de abril de 2015

Desprendimiento de vitreo


El ojo es como una “pelota hueca", aproximadamente esférica, llena de un liquido gelatinoso, el humor vitreo. En el envoltorio interno, la retina, se reciben las imágenes y de ahí se transmiten al cerebro. La cavidad interior del ojo no está realmente vacía, ni llena de aire, sino que está “ocupada” por un líquido viscoso llamado humor vítreo o cuerpo vítreo.

Con el envejecimiento, el vítreo, como todo el cuerpo humano, tiende a deteriorarse. Va perdiendo el agua, por lo que su volumen disminuye. El vítreo está sujeto a la retina, pero al hacerse más pequeño, tiende a tirar de la retina para soltarse. El resultado es un desprendimiento.

 Miodesopsias
El desprendimiento de vítreo no es una enfermedad, no quita visión, ocurre con la edad y es muy frecuente. Aunque hay que tener en cuenta que en los pacientes miopes ocurre mucho antes.
 
Son las “moscas volantes”, miodesopsias o “puntos negros”, que dependiendo de la forma de la opacidad vítrea puede ser un hilillo, una telaraña, una sábana, etc. Al mover la vista los puntos no se quitan, porque están en nuestro ojo. Hay momentos en que lo vemos y momentos en que no, sólo lo apreciamos cuando la opacidad está cerca del centro de visión, en especial cuanto tenemos un fondo homogéneo para contrastar (el cielo azul, una pared blanca, etc). Normalmente, con el tiempo los vemos con menos frecuencia, aunque pueden persistir períodos largos. También pueden aparecer fosfenos (percepción luces o destellos de luz)
Lo mejor es acostumbrarse a los puntos negros, principalmente porque no hay tratamiento eficaz.

El desprendimiento del vítreo requiere de un control constante en el que el paciente debe realizar periódicamente valoración oftalmológica completa bajo dilatación de pupila, esto debido a que pueden persistir zonas de tracción en la retina que llevan al desprendimiento de la misma.

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