martes, 31 de julio de 2018

Síndrome nefrótico

El síndrome nefrótico (SN) o nefrosis consiste en un grupo de síntomas que incluye le pérdida inadecuada de proteínas por la orina (proteinuria > 3,5 g/d), bajos niveles de proteína en la sangre (hipoproteinemia), niveles altos de colesterol (hipercolesterolemia), como consecuencia del aumento de la producción de lipoproteínas por el hígado en respuesta a la hipoproteinemia,  y de triglicéridos (hipertrigliceridemia), aumento de riesgo de desarrollar coágulos de sangre (trombosis) y edemas.
El síndrome nefrótico no es una enfermedad en sí, sino el resultado de una enfermedad que causa lesión en los riñones.
El glomérulo filtra la sangre cuando pasa por los riñones, y separa lo que el cuerpo necesita de lo que no. Un glomérulo saludable retiene las proteínas de la sangre (principalmente, la albúmina), que se necesita para mantener la cantidad adecuada de líquido en el cuerpo, y evita que se vayan con la orina. Cuando está dañado, el glomérulo permite que se vayan del cuerpo muchas de las proteínas de la sangre.
Las causas de este síndrome pueden ser primarias o secundarias.
El SN secundario es el debido a una enfermedad sistémica que ataca a los riñones como la diabetes, el lupus eritematoso sistémico, hepatitis B y C, sífilis, SIDA, amiloidosis, el uso de ciertas drogas ...
El primario es aquel que ocurre por una enfermedad del riñón.
. Enfermedad con cambios mínimos
.Nefropatía por IgA
.Nefropatía membranosa
.Glomerulonefritis membranoproliferativa
.Glomeruloesclerosis segmentaria y focal (GESF)
. Glomerulopatía postestreptocócica
La clínica esta basada en la presencia de edema en la cara (edema facial), en los brazos y piernas, especialmente en los pies y en los tobillos, y en el abdomen (ascitis). El aumento de peso y la falta de apetito suelen estar presentes.
La orina suele presentar un aspecto espumoso
El síndrome puede afectar a todos los grupos de edades, siendo ligeramente mayor en los hombres que en las mujeres.
El diagnóstico se basa en la identificación de una proteinuria excesiva. Una vez identificada hay que buscar la causa.
Si hay una historia de diabetes prolongada la causa suele ser obvia. Si no es así será necesario realizar otras pruebas: serologías para hepatitis, VIH y sífilis, autoanticuerpos y, finalmente, biopsia renal.
El tratamiento depende de la causa en las secundarias. En las primarias se lleva a cabo inmunosupresión.
Su objetivo consiste en mantener la presión arterial en o por debajo de 130/80, disminuir los niveles de colesterol, reducir los edemas de manos y piernas administrando una dieta baja en sodio y administrar diuréticos  y prevenir los trombos.
En algunos casos, la enfermedad responde bien al tratamiento y el paciente puede quedarse curado después de algunos meses. En los casos en que esto no sucede puede dar lugar a una insuficiencia renal.

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