domingo, 6 de septiembre de 2015

Síndrome de transfusión feto fetal

El médico tiene la obligación de estar constantemente informado y de asesorar a sus pacientes sobre su salud. No se trata de alarmar sino de asesorar e informar a la población general para fomentar la salud y prevenir complicaciones. Se trata de entregar información oportuna, clara y precisa, de manera que los
pacientes puedan decidir.
La práctica médica diaria enseña lo que no enseña la facultad. Estudiar medicina proporciona unos conocimientos fundamentales acerca de esta maravillosa máquina que es el cuerpo humano y de los problemas que puede presentar pero es imposible que el bagaje con el que se licencia el médico contenga todas la información patológica. Es, a lo largo de su trayectoria profesional, avalada por esos conocimientos adquiridos, cuando verdaderamente el médico aprende. Dicho aprendizaje es mutuo. El médico aprende de sus pacientes y los pacientes aprenden con su médico.
El síndrome TFF o síndrome de transfusión feto fetal constituye una complicación que implica un riesgo en los embarazos gemelares univitelinos cuando los bebés comparten la placenta (se trata de
gemelos idénticos, procedentes de un solo óvulo).
Se calcula que un 15 a 20% de los embarazos univitelnos corren este riego, que a su vez es el 25 % de todos los embarazos gemelares (el 75 % es de gemelares bivitelinos, popularmente llamados mellizos).

Si la madre durante la ovulación libera dos ovulos y éstos se fecundan con los espermatozoides de su pareja, se tendrá gemelos bivitelinos (mellizos). También es posible que un óvulo fecundado se divida después de la fecundación, lo que dará lugar a gemelos univitelinos (los idénticos). El síndrome de transfusión feto fetal solo afecta a este tipo de embarazo. 


Los mellizos y gemelos en el dibujo  B comparten la placenta, sin embargo, esta situación no entraña peligro, pues se trata de dos sistemas que en su origen son independientes. El riesgo de transfusión feto fetal se da en los dibujos C y D. Esta enfermedad se caracteriza porque de uno de los fetos pasa sangre a otro, a través de comunicaciones vasculares anormales que tienen en su placenta compartida. Estas uniones vasculares existen en todos los fetos monocoriales, pero sólo en una proporción de ellos, por razones desconocidas, se genera la TFF. Por
tanto, el problema radica en la placenta (se trata de una enfermedad de la placenta), no en los fetos.
En los casos graves, el feto donante entrega su sangre al otro desarrollando una anemia severa y el feto que la recibe puede sufrir una sobrecarga cardiocirculatoria produciendo mayor cantidad de liquido amniótico habiendo un riesgo de parto prematuro por distensión uterina. En caso de no tratar la alteración el pronóstico es malo.
Es importante, dado que este síndrome es infrecuente, se cuente con esta posiblidad si se dan los siguientes síntomas: Un crecimiento repentino del vientre y un aumento de peso sorprendente (se suele
producir alrededor de la dcimosexta semana); contracciones a partir de la vigésima semana ; útero situado en una posición abdominal alta; o ausencia o alteración de los movimientos fetales.
Existen dos tipos de tratamiento: Eliminar la abundancia de liquido amniótico (amniodrenaje) para evitar un parto prematuro y disminuir la presión sobre el vientre materno (tratamiento sintomático). No
soluciona el problema etiologico por lo que se tiene que repetir la evacuación del amnios a lo largo de embarazo hasta llegar a la semana 28, fecha en la que se considera que los fetos pueden ser viables; y mediante una operación prenatal interviniendo sobre las conexiones vasculares que existen entre los dos fetos para evitar los problemas de crecimiento que pudieran surgir. La intervención se desarrolla por laparoscopia y requiere de gran pericia.
La primera operación en España se realizó en el Hospital Vall d´Hebrón de Barcelona en el año 1999.

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