El síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) consiste en la aparición de episodios recurrentes de limitación del paso del aire durante el sueño como consecuencia de una alteración anatómico-funcional de la vía aérea superior que conduce a su colapso.
El SAHS se ha llamado síndrome de hipersommia y respiración periódica (SHRP), maldición de Ondina, y síndrome de Pickwick asociándolo a la obesidad. Actualmente se denomina OSAS (obstructive sleep apnea syndrome) en la bibliografía anglosajona o SAOS (síndrome de apneas obstructivas del sueño) o, simplemente SAS (síndrome de apnea del sueño), que incluye todas las otras enfermedades. No obstante se recomienda usar el concepto de síndrome de apneas-hipopneas del sueño y sus siglas "SAHS" debido a que: incluye una referencia específica a las hipopneas, las cuales se consideran de importancia creciente, tanto en adultos como en niños; evita el término "obstructiva", lo que permite incluir no sólo éstas, sino también las mixtas y las centrales (muchas de las cuales son realmente obstructivas en origen y por eso desaparecen con presión positiva continua por vía nasal [CPAP]) y, finalmente, estas siglas definen tanto la traducción española de "síndrome de apneas-hipopneas del sueño" como a la anglosajona de "sleep apnea-hipopnea y síndrome", lo que facilita su uso.
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miércoles, 10 de agosto de 2016
SAHS. Otras denominaciones
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martes, 10 de noviembre de 2015
Embriaguez del sueño
La somnolencia por dormir en exceso es conocida como “embriaguez del sueño. Dormir en exceso ocasionalmente no plantea riesgos serios para la salud, pero si constantemente duermes demasiado (más allá de doce horas) y te despiertas soñoliento, deberías consultarlo con tu médico. Si, además no se acompaña de despertares y te levantas cansado (no es reparador) se trata de una hepersomnia.
Un estudio de la Universidad de Stanford, sobre este trastorno del sueño afecta a una de cada siete personas. El trastorno de la embriaguez del sueño implica confusión o comportamiento inadecuado en los primeros instantes del despertar, como contestar el teléfono en lugar de apagar la alarma. Puede suceder durante la primera parte de la noche o por la mañana. Un episodio, a menudo desencadenado por el despertar forzado, puede causar conductas violentas o amnesia del episodio, pérdida de coordinación de miembros...
"Estos episodios de despertares confusos han recibido considerablemente menos atención que el
sonambulismo, aunque las consecuencias pueden ser igual de graves", lamenta el autor del estudio,
Maurice M. Ohayon, de la Escuela Universitaria de Medicina de Stanford, en Palo Alto, California,
Estados Unidos.
Para el estudio, los autores entrevistaron a 19.136 personas mayores de 18 años a partir de la población general de Estados Unidos sobre sus hábitos de sueño y acerca de si habían experimentado algún síntoma de la enfermedad. También se preguntó a los participantes sobre diagnósticos de enfermedad mental y cualquier medicamento que tomaron. El estudio encontró que el 15 por ciento de ellos había experimentado un episodio en el último año, con más de la mitad que declaró tener más de un episodio por semana. En la mayoría de los casos (84 por ciento), las personas con embriaguez del sueño también presentaban un trastorno del sueño, un problema de salud mental o estaban tomando fármacos psicotrópicos como los antidepresivos. Menos del 1 por ciento de las personas con esta condición no tenía ninguna causa conocida o enfermedad relacionada. Entre los que sufrieron un episodio, el 37,4 por ciento también padecía un trastorno mental.
Los individuos con depresión, trastorno bipolar, alcoholismo, pánico o trastorno de estrés postraumático y ansiedad eran más propensos a experimentar embriaguez del sueño. La investigación también encontró que alrededor del 31 por ciento de las personas con embriaguez del
sueño estaban tomando medicamentos psicotrópicos, como los antidepresivos, además de que tanto muchas como pocas horas de sueño se asociaron con el trastorno del sueño. Alrededor del 20 por ciento de los que durmieron menos de seis horas por la noche y el 15 por ciento de los que pasaron durmiendo nueve horas experimentaron embriaguez y las personas con apnea del sueño también eran más propensas a tener el trastorno.
"Estos episodios de despertar confuso no han recibido mucha atención, pero teniendo en cuenta que se producen a un ritmo elevado en la población general, debe hacerse más investigación sobre cuándo se producen y si pueden ser tratados", afirma Ohayon. "Las personas con trastornos del sueño o problemas de salud mental también deben ser conscientes de que pueden estar en mayor riesgo de estos episodios".
domingo, 26 de octubre de 2014
Síndrome de la Bella Durmiente
El síndrome de Kleine-Levin (KLS), conocido también como síndrome de la bella durmiente
(Sleeping Beauty Syndrome) es un padecimiento neurológico infrecuente (es una enfermedad rara, solamente aparece en 6 personas de cada 10000) y que suele desaparecer de forma tan misteriosa como apareció cuando el paciente se encuentra entre los veinte y treinta años. de complejo diagnóstico e imporsible cura que afecta
fundamentalmente a varones adolescentes cuyas primeras crisis aparecen alrededor de los 15 años aunque se han visto casos en mujeres y en adultos; cursa con alteraciones cíclicas del
comportamiento, de la sexualidad, del sueño y del apetito. Según el Instituto Nacional de trastornos neurológicos de Estados Unidos, estos síntomas pueden estar relacionados con las partes del cerebro que controlan el apetito y el sueño, aunque las causas que provocan estas alteraciones son de momento desconocidas aunque existen varias teorias que intentan explicarlo. Entre ellas, las más aceptadas son la posible existencia de una
disfunción cerebral a nivel del diencéfalo y el hipotálamo, un trastorno
en el metabolismo de neurotransmisores como la serotonina, o fenómenos
autoinmunes tras un cuadro infeccioso.
Los
primeros casos fueron descritos por el psiquiatra germánico Willi Kleine en
1925; en 1929, Max Levin, de Baltimore (EE.UU.), refirió el caso de un
adolescente con hipersomnia e hiperfagia. En 1942, Critchley y Hoffman
utilizaron por vez primera el epónimo de SKL al describir dos nuevas
observaciones que atribuyeron a encefalitis. En su revisión de la bibliografía,
Critchley encontró, en 1962, 31 posibles casos, de los que propuso retirar
cinco que no cumplían los criterios de comer compulsivamente, trastornos del
comportamiento, alteración del sueño y desaparición de la espontaneidad. La
revisión de Orlosky, realizada en 1982, hizo énfasis en las manifestaciones
psiquiátricas, analizadas en 33 pacientes. Estas manifestaciones psiquiátricas
pueden ser causa, en no pocas ocasiones, de confusiones diagnósticas con
esquizofrenia, trastorno afectivo o conversión.
En cuanto al tratamiento, comunicaciones
recientes han señalado al carbonato de litio, como una eficaz herramienta
terapéutica tanto en el manejo de la crisis como en la prevención de nuevas
recaídas. El interés de buscar un tratamiento profiláctico radica en los
reportes de casos aislados con síntomas que se van agravando o exacerbando a
medida que transcurren las sucesivas crisis, y a las descripciones de casos de
SKL asociados a secuelas neuropsicológicas. Un estudio efectuado en cuatro
pacientes revela una disfunción persistente de la memoria a corto plazo, que
podría traducir una alteración en la función de los lóbulos temporales. Para
indicar el uso de tratamientos preventivos, sería necesario dilucidar la
interrogante de si el SKL es autolimitado o no. Algunas series indican que sólo
cerca del 20% de los sujetos seguidos durante una media de 6 años dejaron de
tener crisis. Por estos motivos, es muy importante contar con estudios de
seguimiento a largo plazo.
Como
conclusión, es necesario señalar que el diagnóstico precoz de esta patología es
fundamental para disminuir la ansiedad del paciente y su familia ante lo
incapacitante de la sintomatología. Las variadas formas de presentación y la
presencia de manifestaciones psiquiátricas, plantean y acentúan la necesidad de
un trabajo coordinado entre neurólogos y psiquiatras para el diagnóstico y
manejo de estos pacientes.
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