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jueves, 11 de agosto de 2016

Síndrome coronario Agudo (SCA)




Es un término que se usa para cualquier afección que repentinamente detenga (o reduzca de manera considerable) el flujo de sangre al corazón. Cuando la sangre no puede fluir al corazón, el miocardio puede dañarse.
El pronóstico  del síndrome coronario agudo dependerá de:
  • La rapidez con la que reciba tratamiento.
  • La cantidad de arterias que estén bloqueadas, y la gravedad del bloqueo.
  • Si su corazón está dañado y dónde se encuentra el daño.
En general, cuanto más rápidamente se desbloquee la arteria, menor será el daño que sufrirá el corazón. Para ello los servicios de cardiología deben estar más integrados en las urgencias y debemos aumentar la presión para que haya cardiólogos de guardia que sean los que dirijan y controlen la atención del paciente cardiológico agudo instaurando y poniendo en marcha el código infarto. El tratamiento precoz no solo salva el miocardio comprometido sino que también reduce la cicatrización.
El síndrome coronario agudo puede ser con elevación del segmento ST (SCACEST) o sin elevación (SCASEST). El primer caso se debe a una oclusión completa y aguda de una arteria coronaria y el objetivo del tratamiento es la apertura de esta arteria, para lo cual el cateterismo urgente (angioplastia primaria) es el tratamiento de elección. La angioplastia primaria debe realizarse de forma urgente, en los primeros 120 minutos desde que el paciente contacta por primera vez con algún elemento del sistema sanitario, ya sea un hospital, un centro de salud o una ambulancia. El SCA sin elevación del segmento ST se suele deber a una lesión muy severa en una arteria y el tratamiento también suele precisar cateterismo. pero no de forma tan urgente, aunque idealmente en las primeras 48 horas.





martes, 11 de noviembre de 2014

Código Infarto


El 'código infarto' está compuesto por una serie de medidas que controlan el correcto funcionamiento y la eficacia en la atención de los pacientes con infarto. Con su implantación se consigue que a la mayoría de los enfermos diagnosticados de infarto de miocardio se les realice una reperfusión a través de una angioplastia primaria . Esta práctica es más eficaz que la fibrionólisis -tratamiento que se estaba llevando hasta hace poco tiempo- puesto que esta última puede provocar hemorragias en algunos pacientes.

La aplicación precoz de las estrategias de reperfusión existentes en el Infarto Agudo de Miocardio con elevación del Segmento ST (IAMEST) mejora significativamente la evolución, ya que reduce la mortalidad de la fase aguda y disminuye el tamaño de la lesión y la probabilidad de desarrollar insuficiencia cardíaca. Sin embargo, un porcentaje muy alto de pacientes (32%) en España que sufren IAMEST no recibe ningún tratamiento de reperfusión y, en aquellos pacientes que lo reciben,los tiempos de demora son mayores que los recomendados en las guías de práctica clínica. En este sentido, el IAMEST es un buen ejemplo para ilustrar la necesidad de organizar programas asistenciales que aseguren la atención urgente y el tratamiento adecuado.

Algunos servicios de Salud autonómicos  tienen protocolizada y organizada la atención temprana al paciente con dolor torácico. El Código Infarto complementa la organización de la atención temprana a este tipo de pacientes, pues la activación del código se produciría en el momento en que se detecta en el electrocardiograma (ECG) elevación del segmento ST y el paciente es diagnosticado de un síndrome coronario agudo con elevación del segmento ST (SCAEST), término equivalente al utilizado en este código como IAMEST. El código Infarto no podría existir sin haberse establecido previamente la organización de la atención temprana al paciente con dolor torácico

El plan propuesto pretende ofrecer un abordaje integral del IAMEST, abarcando todos los eslabones precisos para ello, desde la información al paciente, los médicos y profesionales de atención primaria, los servicios de urgencia extrahospitalarios, las urgencias hospitalarias y los servicios y secciones de los hospitales que atienden el IAMEST. De éste modo permite además incrementar tanto la accesibilidad a los recursos para los pacientes, como la equidad del servicio. Igualmente establece el denominado Código Infarto (extrahospitalario e intrahospitalario) y los niveles asistenciales, con un plan de derivaciones entre ellos, constituyendo así una red asistencial del infarto.

A esto se une la previsión de un registro que permita la evaluación y seguimiento, así como contar con un plan orientado a la mejora continua, detectando los aspectos que puedan ser perfeccionados y adaptándose a las necesidades de los pacientes y de los profesionales.