miércoles, 22 de febrero de 2017

El estrés y el euestrés

 
El estrés o distrés puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o ansioso. Toda situación ajena a la vida cotidiana puede provocar una situación de nerviosismo que puede  desembocar en estrés. Lo que es estresante para una persona no necesariamente es estresante para otra.
El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que alteran el equilibrio de una persona. Es un sentimiento de tensión física o emocional. El resultado fisiológico de este proceso es un deseo de ponerse a la defensiva o de huir de la situación. En esta reacción participan casi todos lo órganos, incluidos cerebro, el sistema nervioso, el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal, la digestión y la función muscular.
Cuando sentimos estrés, presentamos una serie de síntomas físicos. Podemos tener dolores de cabeza, molestias en el pecho, fatiga frecuente, desórdenes estomacales e insomnio y pesadillas. 
También podemos presentar síntomas psicológicos, como por ejemplo tics nerviosos, irritabilidad, ansiedad, dificultad para concentrarse, fobias y sensación de fracaso. A estos síntomas psíquicos se le suman, en casos severos, la pérdida de cabello, depresión, acné, menstruación irregular, entre otros. Los efectos del estrés podrían llegar a enfermarnos por su alto grado de somatización, pues podría desencadenar condiciones como asma, provocar úlceras, colitis u otras condiciones gastrointestinales.
Afrontar el estrés puede ser una tarea difícil. Sin embargo, se deben tener en cuenta los beneficios que una adecuada gestión del estrés nos puede aportar. Además, el estrés no siempre es negativo. En ocasiones, el estrés puede ser de gran ayuda para nosotros (eustrés). Todo depende de la manera en que lo afrontemos. Si no lo afrontamos de la manera adecuada, podemos sufrir consecuencias negativas, como los síntomas y trastornos que antes hemos descrito. En cambio, si lo manejamos de la manera adecuada y tenemos una actitud positiva, podemos convertirlo en estrés positivo.
El estrés positivo, o eustrés, es aquel estrés que nos estimula a enfrentarnos a los problemas. Permite que seamos creativos, tomemos iniciativa y respondamos eficientemente a aquellas situaciones que lo requieran. 
La conversión al estrés positivo permite que estemos llenos de energía, favoreciendo así nuestras actividades cotidianas. Beneficia excepcionalmente a nuestra salud puesto que, al canalizar el estrés, no sentimos la tensión que nos provocaría el sentirnos abrumados por el estrés negativo. En lugar de sentirnos impotentes y fracasados, el estrés positivo permite que nos sintamos con llenos de vida, con energía y, en caso de que logremos salir airosos de aquellos proyectos que teníamos en mano, satisfechos por la experiencia.
"Eustrés es una palabra que la mayoría probablemente nunca haya escuchado. Eu-, el prefijo griego que significa saludable, se usa en el mismo sentido en la palabra euforia. Los ejemplos a seguir que nos impulsan a superar nuestras limitaciones, el entrenamiento físico gracias al que nos deshacemos de nuestros michelines y correr los riesgos que nos sacan de nuestra cómoda esfera de actuación son ejemplos de eustrés: estrés sano que constituye un estímulo para crecer" Timothy Ferriss


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