martes, 22 de noviembre de 2016

Urticaria cronica espontánea


En 1965 el Dr. SR Halpern, pediatra americano, escribió: «La urticaria crónica resulta una situación muy molesta para el paciente y para el médico. En el primero causa incomodidad, pica y es estéticamente desagradable. Mientras que para el médico es desconcertante, y consecuentemente incomoda su estabilidad intelectual porque este se ve incapaz de manejar el problema [...]».
La urticaria crónica espontánea, llamada también UCE, es una patología crónica caracterizada por la aparición espontánea de habones con o sin angioedema, que persisten al menos durante seis semanas bien diariamente o bien de forma recurrente varias veces por semana. 
Del 0,5 al 1 % de los europeos están afectados por este tipo de urticaria, siendo más frecuentes entre las mujeres (relación 2:1). 
Aunque puede presentarse a cualquier edad las personas de entre 20 a 40 años son las más afectadas. 
En la etiopatogenia de la urticaria crónica se han implicado infecciones, mecanismos autorreactivos/autoinmunitarios, así como reacciones "seudoalérgicas" tanto con alimentos como con fármacos. No obstante, en un grupo importante de pacientes la etiología es desconocida y es la que denominamos urticaria crónica idiopática.
La mayoría de pruebas de cribado que se realizan en los pacientes con esta afección no deben recomendarse de forma generalizada por su baja relación respecto a coste-efectividad.
Para el diagnóstico de esta urticaria resultará fundamental una historia clínica detallada , un análisis de sangre completo y en aquellos casos que se desee decartar la forma autorrecativa/autoinmunitaria  se realizará el ASST (test con suero autólogo o autotest). Si da positivo habría que realizar pruebas in vitro de liberación de histamina o bien la detección de marcadores de activación de basófilos (CD63 y/o CD203c) así como demostrar la presencia de autoanticuerpos anti-IgE para el diagnóstico definitivo de urticaria crónica autoinmunitaria.
El tratamiento consiste, en primer lugar, en la identificación y eliminación de los posibles factores desencadenantes o, al menos, en su reducción significativa. En casos de urticaria activa se deben evitar el estrés, el alcohol y el calor, o el ejercicio intenso, que pueden dar lugar a exacerbaciones. Tambien los medicamentos que empeoren la situación como los AINE y los mórficos. La información al paciente en todo momento resulta fundamental.
Se utilizan como primer escalón los antihistaminicos H1 (anti-H1) no sedantes de segunda generación a dosis stándard. En el caso de que los síntomas no se controlen con los medicamentos anteriores tras dos semanas de tratamiento se recomienda aumentar las dosis de los H1 y si esto tampoco produce un efecto beneficios tras cuatro semanas de tratamiento se puede añadir un inhibidor de receptor de los leucotrienos. En cualquier momento podemos utilizar ciclos cortos de glucocorticoides si se produce exacerbación de los síntomas. En el caso de no obtener mejoría, y como tercer escalón, se pueden utilizar tratamientos con una indicación que no está en la ficha técnica (tratamientos off label) que basicamente son tres: antihistaminicos H2, inhibidores de la calcineurina (ciclosporina, tacrolimus) y omalizumab. Generalmente los subsidiarios de este tercer escalón son los pacientes diagnosticados de urticaria crónica autoinmunitaria.

 

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