viernes, 6 de febrero de 2015

Obesidad abdominal y muerte súbita



Un estudio publicado en Heart, y citado por la Sociedad Española de Cardiología, muestra que las personas con obesidad abdominal son más propensas a sufrir una parada cardíaca inesperada. Este tipo de obesidad viene marcado por el índice cintura/cadera (ICC), que resulta de dividir el perímetro de la cintura de una persona por el perímetro de su cadera. Se habla de obesidad abdominal cuando el valor es superior a 0,8 en mujeres y a 0,95 en hombres. De los 14.941 participantes que incluyó el estudio y que fueron sometidos a diversos chequeos médicos durante 12 años de seguimiento, se produjeron 253 episodios de muerte súbita, el 80% de los cuales se dieron entre aquellos que tenían un ICC elevado.

La obesidad abdominal es un índice de grasa visceral, y esta grasa está asociada a mayores alteraciones metabólicas en forma de intolerancia a la glucosa, disminución de la sensibilidad a la insulina, alteración del perfil lipídico así como una mayor influencia en los procesos inflamatorios que la grasa acumulada el otras áreas, lo que lleva a un aumento del riesgo cardiovascular. La obesidad conlleva una mayor sobrecarga hemodinámica, que puede llevar a hipertrofia de ventrículo izquierdo y además se asocia a alteraciones eléctricas como mayor número de extrasístoles, alargamiento del QT, y disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, factores todos ellos que pueden aumentar el riesgo de arritmias.

El estudio concluye, asimismo, que la obesidad abdominal tiene mayor influencia en la enfermedad cardiovascular, y en otras muchas enfermedades, que la obesidad general, por lo que recomiendan el cálculo del ICC frente al índice de masa corporal (IMC) y al perímetro de la cintura. En concreto, el estudio muestra que con un índice de masa corporal elevado, el sujeto aumenta en un 34% el riesgo de muerte súbita, frente al 49% del perímetro de la cintura o al 100% del índice cintura/cadera. Queda claro entonces que la presencia de grasa en la zona central del cuerpo es mucho más relevante que en otras partes del organismo, por lo que es recomendable utilizar este índice en el cálculo del riesgo de los pacientes con riesgo cardiovascular.

En nuestro país, uno de cada 6 adultos padece obesidad, y esta enfermedad provoca por sí sola 28.000 muertes anuales, según un informe de la OCDE. Estos datos constutuyen un hecho preocupante, ya que cada año el número de obesos sigue aumentando, por lo que desde la Sociedad Española de Cardiología se quiere incidir en la necesidad de tomar medidas, como mayores campañas de prevención o una estricta regulación de los alimentos, para frenar la obesidad.

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