miércoles, 27 de abril de 2016

El secreto del vino tinto


Distintos estudios científicos han demostrado que los habitantes de los países que siguen la dieta mediterránea y por tanto consumen vino en cantidades moderadas tienen un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Esto llevó a la comunidad científica a estudiar este tema en profundidad, comparando los datos de diferentes países europeos con resultados en muchos casos sorprendentes y contradictorios. Tal fue el caso de Francia. Resultaba paradójico que los franceses mostrasen altos niveles de colesterol, (debido al consumo de mantequillas, natas y quesos) y, sin embargo, presentaran una mortalidad baja por problemas de corazón. A este hecho se le llamó " la paradoja francesa". Más tarde, se observó que los franceses a diferencia de los habitantes de los países nórdicos tomaban en las comidas
una copa de vino tinto.
Investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (INSERM, en sus siglas en inglés) han descubierto el mecanismo molecular que explica los beneficios para la salud arterial que ofrece el consumo de vino tinto, según las conclusiones publicadas en el último número de la revista científica 'PLoS One'.
La investigación se ha llevó a cabo en ratones y estuvo centrada en estudiar los efectos de los polifenoles del vino , un grupo de sustancias químicas que provocan un efecto vasodilatador gracias a la producción de monóxido de carbono de las células endoteliales que recubren la pared arterial.
En concreto, este equipo de científicos ha comprobado que es un tipo de polifenol, la delfinidina, el que activa un receptor de estrógeno del subtipo alfa y desencadena la producción de óxido nítrico que provoca dicha "relajación vascular"
De hecho, cuando estos roedores fueron desprovistos de dicho receptor dicha disminución de la presión arterial no se produjo lo que prueba que para obtener estos beneficios es precisa la presencia del citado receptor de estrógeno.
Para completar este hallazgo, Chapolin y su equipo probaron con un medicamento contra el cáncer, fulvestrant, que actúa como inhibidor de este receptor y dificulta la capacidad de las arterias para dilatarse.
El efecto cardiosaludable del vino tinto, en dosis moderadas, es algo que ya los cardiólogos conocían, que actúa como inhibidor de este receptor y dificulta la capacidad de las arterias para dilatarse. Según este experto, se abren nuevas vías sobre el "potencial terapéutico de los polifenoles en las enfermedades cardiovasculares".
El efecto cardiosaludable del vino tinto, en dosis moderadas, es algo que ya los cardiólogos conocían. Por tanto estos estudios franceses vienen a aportar más consistencia científica al consumo de este producto.
El prestigioso cardiologo español Valentin Fuster ha dicho: "Se han hecho estudios que sugieren que beber vino tinto, cuando no es en exceso, puede resultar un elemento preventivo del mal cardíaco. Tal vez, por su efecto antioxidante. Lo cierto es que en los países mediterráneos, que tienen una dieta alimenticia muy variada en la que se incluye el vino, se dan menos enfermedades del corazón".
Además, el vino tiene una acción antiespasmódica, activa la secreción biliar, se le conoce una acción antibacteriana, posee acción antihistaminica, aporta minerales como el magnesio, el zinc, el litio, el calcio y el potasio, palia la pérdida de memoria . Todos estos beneficios se producen con dosis moderadas, nunca más de 30 gramos al día.






























































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