martes, 29 de diciembre de 2020

Valoración geriátrica integral

El personal sanitario ha de utilizar las herramientas adecuadas para abordar la valoración del anciano que presenta una situación de equilibrio inestable o fragilidad. Esa valoración que ha de ser personalizada precisa de una evaluación de su estado de salud, su funcionalidad, su salud mental y su situación social.

La fragilidad se define como una disminución progresiva de la capacidad de reserva y adaptación de homeostasis del organismo como consecuencia del envejecimiento, influenciada por factores genéticos y acelerada por enfermedades crónicas y agudas, hábitos tóxicos, desuso y condicionantes sociales y asistenciales. Esta debilidad comporta, a partir de un umbral determinado, una mayor vulnerabilidad del anciano delante de la enfermedad , un aumento del riesgo de deterioro funcional y la consecuente dependencia en el desarrollo de las actividades de la vida diaria, y en última instancia la muerte.

La práctica asistencial evidencia que el ingreso hospitalario de estos ancianos es una situación de riesgo porque pueden presentar otros síndromes geriátricos o empeorar los que tenían antes del ingreso y acostumbrar a ser fuente de incapacidad, declive funcional y social.

La valoración geriátrica integral (VGI) se define como una evaluación multidisciplinaria e interdisciplinar que se realiza en colaboración con diferentes disciplinas: médica, enfermería, social y pueden intervenir otros profesionales como el fisioterapeuta, psicólogo, terapeuta ocupacional... en la cual se cuantifican y se detectan los problemas para conseguir un plan racional y coordinado del tratamiento y recursos asistenciales.

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