Se trata de una enfermedad poco frecuente y de etiología desconocida. Afecta tanto a niños como adultos y su clínica incluye una gran variedad de síntomas gastrointestinales según el grado y la capa del epitelio intestinal, esofágica o gástrica afectada.
Los órganos más frecuentemente afectados son el estómago y el intestino delgado.
En la forma predominantemente mucosa la infiltración de la misma por esosinófilos produce dolor abdominal, vómitos y diarreas. En pocos casos se presenta malabsorción intestinal y pérdida de peso. En algunos casos el cuadro puede simular una apendicitis aguda.
En la forma predominantemente muscular el cuadro puede ocasionar inflamación y fibrosis, lo que puede causar un cuadro de obstrucción intestinal. En la forma subserosa los pacientes pueden presentar ascitis aislada o en combinación con los síntomas antes mencionados. En estos casos suele asociarse con más frecuencia con eosinofilia en sangre periférica y suele asociarse con una historia de alergia o intolerancia a ciertos alimentos.
En las enfermedades gastrointestinales eosinofílicas se produce inflamación y fibrosis en ausencia de desencadenante conocido, lo que se conoce como gastroenteritis eosinofílica primaria. La presencia de eosinófilos en las capas del epitelio gastrointestinal no siempre está asociada un aumento de eosinófilos en sangre periférica.
El diagnóstico de esta enfermedad es ante todo de sospecha clínica. La confirmación definitiva nos la dará el anatomopatólogo. Muchos de estos pacientes tienen una historia de asma, atopía o intolerancia a ciertos alimentos.
el diagnóstico diferencial debe realizarse con otros cuadros que produzcan síntomas intestinales y que presenten eosinofília en sangre periférica.
El tratamiento de esta enfermedad es empírico debido a los escasos estudios descritos en la literatura, los cuales son retrospectivos. En algunos casos se recomienda realizar pruebas de la IgE total y test de alergias a los principales alimentos alergénicos y evitarlos en casos de que el resultado sea positivo, junto con la necesidad de administrar dietas con aminoácidos esenciales. En el caso de que los síntomas continúen o que estos sean de gravedad se recomienda la administración de corticoides
lunes, 31 de octubre de 2016
miércoles, 26 de octubre de 2016
Tratamiento endoscópico con radiofrecuencia o HALO en el esofago de Barret
El esófago de Barrett es una lesión que afecta al revestimiento del esófago.
La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es un trastorno en el que el ácido del estómago y los enzimas provocan lesiones en el revestimiento del esófago, produciendo síntomas como acidez gástrica, regurgitación y dolor en el pecho. En algunos pacientes las células normales del esófago resultan dañadas y con el tiempo este daño puede dar como resultado inflamación y cambios genéticos que hacen que las células se alteren. El tejido modifica su apariencia y microscópicamente cambia («metaplasia intestinal» o esófago de Barrett). Se estima que el 13% de los pacientes con ERGE también tienen esófago de Barrett.
El diagnóstico se establece tras la realización de una gastroscopia donde se toman biopsias en la zona de inflamación esofágica. El hallazgo de células intestinales en el esófago (metaplasia intestinal) confirma el diagnóstico de esófago de Barrett. Hay distintos grados de Barrett: metaplasia intestinal, displasia de bajo grado, displasia de alto grado y adenocarcinoma esofágico.
Las recomendaciones conjuntas de las sociedades médicas indican realizar endoscopias digestivas altas con biopsia a los pacientes con esófago de Barrett, regularmente y de por vida. La frecuencia será mucho mayor en los pacientes con displasia, debido al riesgo aumentado de desarrollar un cáncer.
Además de las aproximaciones por observación endoscópica para el esófago de Barrett, existen opciones de tratamiento que incluyen la terapia endoscópica y quirúrgica para eliminar completamente el tejido de Barrett.
Entre las opciones de tratamiento endoscópico se encuentra la ablación con radiofrecuencia o HALO. Esta es una técnica en la que se calienta el tejido hasta que deja de ser viable o está vivo, mediante la utilización de una energía calorífica que se aplica de forma precisa y controlada. La tecnología de ablación HALO es capaz de conseguir la eliminación completa del tejido enfermo sin causar daños a las estructuras normales cercanas.
Actualmente hay controversia en cuanto a la utilización de la radiofreciencia en virtud de la existencia o no de displasia (vease aqui)
El tratamiento se realiza conjuntamente con endoscopia digestiva alta sin necesidad de hospitalización y no implica incisiones. Hay dos tipos de catéteres de ablación: HALO 360º y HALO 90º.
El paciente sólo pasa unas horas en el hospital. Después del procedimiento puede experimentar molestias en el pecho y dificultad para tragar durante varios días, tratándose con medicación.
Centros de la Seguridad Social que cuentan con radiofrecuencia:
- Hospital Universitario Central de Asturias.
- Hospital Marqués de Valdecilla, Santander
- Hospital de Basurto, Bilbao
- Hospital Clínic de Barcelona.
- Hospital ‘La Mancha Centro’ de Alcázar de San Juan, Ciudad Real
- Hospital Vall d’Hebrón, Barcelona
- Hospital Parc Taulí, Sabadell
- Hospital La Fe Valencia
- Hospital Virgen de Macarena Sevilla
- Hospital Clínico San Carlos, Madrid
- Hospital La Princesa, Madrid
- Hospital Gregorio Marañón, Madrid
- Hospital Gómez Ulla, Madrid
- Hospital Universitario de Bellvitge Hospitalet de Llobregat Barcelona.
- Hospital Río Hortega, Valladolid.
- Hospital Clínico Lozano Blesa, Zaragoza
- Hospital General de Ciudad Real
- Complejo Hospitalario Llenera-Zafra, Llenera (Badajoz)
- Hospital Lucus Augusti, Lugo Galicia
- Hospital Universitario Insular, Gran Canaria
- Hospital Universitario A Coruña
- Instituto Valenciano de Oncología IVO
- Hospital del Mar, Barcelona
- Hospital Universitario de Burgos
- Hospital General Valencia
- Hospital General Universitario de Alicante
- Hospital Universitario Puerto Real
- Hospital Universitari Son Espases, Palma de Mallorca
- Hospital Son Llátzer, Palma de Mallorca
- Complejo Hospitalario Toledo, Toledo
- Hospital Donostia San Sebastián, San Sebastián – Guipúzcoa
- Hospital Costa del Sol, Marbella – Málaga
- Hospital Universitari de Girona Doctor Josep Trueta, Girona
viernes, 21 de octubre de 2016
Eosinofilia pulmonar simple o Síndrome de Loeffler
Fue descrito en 1932 por Wilhelm Löffler,
quien lo identificó en pacientes con neumonía eosinofílica causada por
parásitos como Ascaris lumbricoides, Strongyloides stercoralis,
Ancylostoma duodenale y Necator americanus, una reacción a fármacos o una infección por hongos (Aspergillus fumigatus o Pneumocystis jirovecii).
Los síntomas pueden variar desde absolutamente ninguno hasta presentarse síntomas severos (tos, fiebre, malestar general, taquicardia ...) y pueden desaparecer sin tratamiento.
Existen 3 formas posibles de diagnosticar una Eosinofilia Pulmonar: el síndrome IPE (infiltrados pulmonares y eosinofilia sanguínea), el hallazgo de eosinofilia en el LBA o la eosinofilia en el tejido pulmonar obtenido por biopsia pulmonar o transbronquial.4 La historia clínica dirigida y la exploración física son imprescindibles y deberán incluir la valoración de una ingesta previa de fármacos o productos inhalados, la posibilidad de viajes actuales o previos en zonas con endemias parasitarias.
La enfermedad con frecuencia desaparece sin tratamiento, pero si éste se necesita, la respuesta generalmente es buena. Sin embargo, se pueden presentar recaídas (la enfermedad reaparece).
Los síntomas pueden variar desde absolutamente ninguno hasta presentarse síntomas severos (tos, fiebre, malestar general, taquicardia ...) y pueden desaparecer sin tratamiento.
Existen 3 formas posibles de diagnosticar una Eosinofilia Pulmonar: el síndrome IPE (infiltrados pulmonares y eosinofilia sanguínea), el hallazgo de eosinofilia en el LBA o la eosinofilia en el tejido pulmonar obtenido por biopsia pulmonar o transbronquial.4 La historia clínica dirigida y la exploración física son imprescindibles y deberán incluir la valoración de una ingesta previa de fármacos o productos inhalados, la posibilidad de viajes actuales o previos en zonas con endemias parasitarias.
La enfermedad con frecuencia desaparece sin tratamiento, pero si éste se necesita, la respuesta generalmente es buena. Sin embargo, se pueden presentar recaídas (la enfermedad reaparece).
martes, 18 de octubre de 2016
Ascaridiasis
La ascaridiasis es una infestación parasitaria muy frecuente en Africa, Latinoamérica y en gran parte de Asia provocada por el helminto
o lombriz intestinal Áscaris lumbricoides.
Las lombrices macho adultas miden de 15 a 25 cm de longitud, y las
hembras adultas de 25 a 35 cm. Al crecer, las lombrices pueden alcanzar
el grosor de un lápiz y pueden vivir de uno a dos años.
Es un parásito que habita en regiones templadas y cálidas del mundo. Es mucho más frecuente en los países en vías de desarrollo donde las condiciones sanitarias son deficientes y en las áreas donde las heces humanas se utilizan como abono.
El número de infestados en el mundo se calcula que pueden llegar de 1000 a 1500 millones.
Es un nematodo cilíndrico, de color blanquecino amarillento o rosado. Está recubierto externamente por una cutícula, la epicutícula, que es una delgada pero densa película, compuesta en gran parte por lípidos.
El macho, en su estado adulto posee una longitud de 15 a 30 cm, con un diámetro de 2 a 4 mm. El extremo posterior del macho está incurvado ventralmente, y presenta un par de espículas para dilatar la vulva de la hembra y facilitar la copulación. Posee un aparato reproductor sumamente desarrollado, que ocupa casi 2/3 de la cavidad corporal del parásito. La hembra adulta mide de 25 a 35 cm de longitud y tiene un diámetro de 3 a 6 mm. Su extremo posterior es cónico. Posee un aparato reproductor muy desarrollado que, al igual que en el macho, ocupa casi la totalidad de su cuerpo. Consta de 2 ovarios filiformes, que circundan al intestino, 2 oviductos, y 2 úteros que se unen y continúan con la vagina. La vagina desemboca en la vulva, en el 1/3 anterior de la cara ventral del cuerpo del parásito. El aparato digestivo está formado por la boca con tres labios finamente dentados; estos dentículos son visibles con scanning y son diferentes en Áscaris suum y Áscaris lumbricoides. El esófago se continúa con el intestino, y el recto desemboca en la cloaca sexual en el macho, y en el ano en la hembra.
El tamaño de los huevos, varía de 55 a 75 um, la mayoría son ovalados de color ambarino. Pueden encontrarse de diversas formas, aquellos que presentan una corteza en toda la superficie y son elongados, son conocidos como infértiles y los que únicamente presentan una parte interna que muestra claramente la producción de una larva y su corteza externa y la membrana interna son bien claras, son los fértiles.
El hombre se infesta al consumir huevos larvados o embrionados de Áscaris lumbricoides.
Cuando se ingieren los huevos y éstos llegan al intestino, eclosionan y se convierten en larvas. Las larvas empiezan entonces a desplazarse por el cuerpo.
Una vez atraviesan la pared intestinal, las larvas pasan del hígado a los pulmones a través del torrente sanguíneo. Durante esta etapa, pueden aparecer síntomas pulmonares como la tos (incluso se pueden expulsar lombrices al toser). En los pulmones, las larvas ascienden por los bronquios hasta la garganta, donde son tragadas. Luego regresan al intestino delgado, donde crecen, maduran, se reproducen y ponen huevos. Las lombrices alcanzan la madurez aproximadamente 2 meses después de que la persona ingiera los huevos.
Las lombrices adultas viven y permanecen en el intestino delgado. Una lombriz hembra puede producir hasta 240.000 huevos al día, que se eliminan a través de las heces y luego entran en un período de incubación que dura varias semanas. Los niños son particularmente susceptibles a contraer ascaridiasis porque tienden a meterse cosas en la boca, incluyendo tierra, y sus hábitos higiénicos suelen ser más deficientes que los de los adultos.
Los reservorios son el hombre y el cerdo.
Las fuentes de infestación del ascariasis son principalmente el suelo, los alimentos, agua, manos y objetos contaminados con materia fecal que contiene huevos de Áscaris lumbricoides.
El período de transmisibilidad ocurre durante el estadio de huevo embrionado con larva infestante y luego de 2 o 3 semanas de la defecación con huevos.
El contagio no se da de persona a persona.
Aunque la infección helmíntica puede no dar ningún síntoma, cuanto mayor es la cantidad de lombrices implicadas, más graves son los síntomas que padece la persona afectada. Los niños tienen más probabilidades que los adultos de desarrollar síntomas gastrointestinales porque sus intestinos son más pequeños y presentan un riesgo más elevado de desarrollar obstrucción intestinal.
Los síntomas de una infestación leve son:
Lombrices en las heces
Tos con expulsión de lombrices
Pérdida de apetito
Fiebre
Respiración sibilante.
en los casos más graves pueden aparecer síntomas más preocupantes:
Vómitos
Dificultad para respirar
Distensión abdominal (hinchazón abdominal)
Fuertes dolores abdominales
Obstrucción intestinal, vólvulos e incluso apendicitis
Obstrucción de las vías biliares (que incluyen el hígado y la vesícula biliar)
Se sospecha por los síntomas antes referidos y se confirma por la expulsión del parásito o un examen de heces que demuestre la presencia de huevos.
El tratamiento consiste en la administración de medicamentos antiparasitarios por vía oral para eliminar las lombrices intestinales. A veces las heces se vuelven a analizar aproximadamente 3 semanas después de aplicar el tratamiento para determinar si contienen huevos y/o lombrices. En contadas ocasiones es necesario extirpar quirúrgicamente las lombrices (particularmente en los casos de obstrucción intestinal, obstrucción de las vías hepáticas o infección abdominal). Si el niño tiene ascaridiasis, le deberán hacer pruebas para determinar si tiene otros parásitos intestinales como, por ejemplo, oxiuros.
Por lo general, los síntomas suelen desaparecer durante la primera semana de tratamiento.
Para evitar posibles reinfestaciones, es recomendable adoptar las siguientes precauciones:
• Asegúrese de que el niño se lava bien las manos, especialmente después de utilizar el sanitario y antes de las comidas.
• Lleve regularmente a los animales domésticos que convivan con la familia al veterinario para que éste compruebe si tienen lombrices.
• Mantenga las uñas del niño cortas y limpias.
• Esterilice cualquier prenda de ropa contaminada, como los pijamas y la ropa de cama.
• Evalúe el origen de la infestación. Podría ser necesario adoptar medidas higiénicas adicionales dentro o alrededor de su casa.
La medida de protección más importante contra la ascaridiasis es desechar de forma segura e higiénica los excrementos humanos, que pueden transmitir huevos. En los lugares donde se utilizan las heces humanas como abono, se deben cocinar muy bien todos sus alimentos y limpiarlos con una solución de yodo apropiada (particularmente las frutas y hortalizas).
A los niños adoptados procedentes de países en vías de desarrollo se les suelen practicar pruebas de cribado para la detección de lombrices como medida de precaución. A los niños que viven en áreas subdesarrolladas se les puede recetar medicación antiparasitaria como tratamiento preventivo. Las siguientes prácticas son recomendables para todos los niños:
• Intente en la medida de lo posible evitar que su hijo se meta cosas en la boca.
• Enseñe a su hijo a lavarse las manos a conciencia y frecuentemente, especialmente después de usar el váter y antes de las comidas.
Es un parásito que habita en regiones templadas y cálidas del mundo. Es mucho más frecuente en los países en vías de desarrollo donde las condiciones sanitarias son deficientes y en las áreas donde las heces humanas se utilizan como abono.
El número de infestados en el mundo se calcula que pueden llegar de 1000 a 1500 millones.
Es un nematodo cilíndrico, de color blanquecino amarillento o rosado. Está recubierto externamente por una cutícula, la epicutícula, que es una delgada pero densa película, compuesta en gran parte por lípidos.
El macho, en su estado adulto posee una longitud de 15 a 30 cm, con un diámetro de 2 a 4 mm. El extremo posterior del macho está incurvado ventralmente, y presenta un par de espículas para dilatar la vulva de la hembra y facilitar la copulación. Posee un aparato reproductor sumamente desarrollado, que ocupa casi 2/3 de la cavidad corporal del parásito. La hembra adulta mide de 25 a 35 cm de longitud y tiene un diámetro de 3 a 6 mm. Su extremo posterior es cónico. Posee un aparato reproductor muy desarrollado que, al igual que en el macho, ocupa casi la totalidad de su cuerpo. Consta de 2 ovarios filiformes, que circundan al intestino, 2 oviductos, y 2 úteros que se unen y continúan con la vagina. La vagina desemboca en la vulva, en el 1/3 anterior de la cara ventral del cuerpo del parásito. El aparato digestivo está formado por la boca con tres labios finamente dentados; estos dentículos son visibles con scanning y son diferentes en Áscaris suum y Áscaris lumbricoides. El esófago se continúa con el intestino, y el recto desemboca en la cloaca sexual en el macho, y en el ano en la hembra.
El tamaño de los huevos, varía de 55 a 75 um, la mayoría son ovalados de color ambarino. Pueden encontrarse de diversas formas, aquellos que presentan una corteza en toda la superficie y son elongados, son conocidos como infértiles y los que únicamente presentan una parte interna que muestra claramente la producción de una larva y su corteza externa y la membrana interna son bien claras, son los fértiles.
El hombre se infesta al consumir huevos larvados o embrionados de Áscaris lumbricoides.
Cuando se ingieren los huevos y éstos llegan al intestino, eclosionan y se convierten en larvas. Las larvas empiezan entonces a desplazarse por el cuerpo.
Una vez atraviesan la pared intestinal, las larvas pasan del hígado a los pulmones a través del torrente sanguíneo. Durante esta etapa, pueden aparecer síntomas pulmonares como la tos (incluso se pueden expulsar lombrices al toser). En los pulmones, las larvas ascienden por los bronquios hasta la garganta, donde son tragadas. Luego regresan al intestino delgado, donde crecen, maduran, se reproducen y ponen huevos. Las lombrices alcanzan la madurez aproximadamente 2 meses después de que la persona ingiera los huevos.
Las lombrices adultas viven y permanecen en el intestino delgado. Una lombriz hembra puede producir hasta 240.000 huevos al día, que se eliminan a través de las heces y luego entran en un período de incubación que dura varias semanas. Los niños son particularmente susceptibles a contraer ascaridiasis porque tienden a meterse cosas en la boca, incluyendo tierra, y sus hábitos higiénicos suelen ser más deficientes que los de los adultos.
Los reservorios son el hombre y el cerdo.
Las fuentes de infestación del ascariasis son principalmente el suelo, los alimentos, agua, manos y objetos contaminados con materia fecal que contiene huevos de Áscaris lumbricoides.
El período de transmisibilidad ocurre durante el estadio de huevo embrionado con larva infestante y luego de 2 o 3 semanas de la defecación con huevos.
El contagio no se da de persona a persona.
Aunque la infección helmíntica puede no dar ningún síntoma, cuanto mayor es la cantidad de lombrices implicadas, más graves son los síntomas que padece la persona afectada. Los niños tienen más probabilidades que los adultos de desarrollar síntomas gastrointestinales porque sus intestinos son más pequeños y presentan un riesgo más elevado de desarrollar obstrucción intestinal.
Los síntomas de una infestación leve son:
Lombrices en las heces
Tos con expulsión de lombrices
Pérdida de apetito
Fiebre
Respiración sibilante.
en los casos más graves pueden aparecer síntomas más preocupantes:
Vómitos
Dificultad para respirar
Distensión abdominal (hinchazón abdominal)
Fuertes dolores abdominales
Obstrucción intestinal, vólvulos e incluso apendicitis
Obstrucción de las vías biliares (que incluyen el hígado y la vesícula biliar)
Se sospecha por los síntomas antes referidos y se confirma por la expulsión del parásito o un examen de heces que demuestre la presencia de huevos.
El tratamiento consiste en la administración de medicamentos antiparasitarios por vía oral para eliminar las lombrices intestinales. A veces las heces se vuelven a analizar aproximadamente 3 semanas después de aplicar el tratamiento para determinar si contienen huevos y/o lombrices. En contadas ocasiones es necesario extirpar quirúrgicamente las lombrices (particularmente en los casos de obstrucción intestinal, obstrucción de las vías hepáticas o infección abdominal). Si el niño tiene ascaridiasis, le deberán hacer pruebas para determinar si tiene otros parásitos intestinales como, por ejemplo, oxiuros.
Por lo general, los síntomas suelen desaparecer durante la primera semana de tratamiento.
Para evitar posibles reinfestaciones, es recomendable adoptar las siguientes precauciones:
• Asegúrese de que el niño se lava bien las manos, especialmente después de utilizar el sanitario y antes de las comidas.
• Lleve regularmente a los animales domésticos que convivan con la familia al veterinario para que éste compruebe si tienen lombrices.
• Mantenga las uñas del niño cortas y limpias.
• Esterilice cualquier prenda de ropa contaminada, como los pijamas y la ropa de cama.
• Evalúe el origen de la infestación. Podría ser necesario adoptar medidas higiénicas adicionales dentro o alrededor de su casa.
La medida de protección más importante contra la ascaridiasis es desechar de forma segura e higiénica los excrementos humanos, que pueden transmitir huevos. En los lugares donde se utilizan las heces humanas como abono, se deben cocinar muy bien todos sus alimentos y limpiarlos con una solución de yodo apropiada (particularmente las frutas y hortalizas).
A los niños adoptados procedentes de países en vías de desarrollo se les suelen practicar pruebas de cribado para la detección de lombrices como medida de precaución. A los niños que viven en áreas subdesarrolladas se les puede recetar medicación antiparasitaria como tratamiento preventivo. Las siguientes prácticas son recomendables para todos los niños:
• Intente en la medida de lo posible evitar que su hijo se meta cosas en la boca.
• Enseñe a su hijo a lavarse las manos a conciencia y frecuentemente, especialmente después de usar el váter y antes de las comidas.
miércoles, 5 de octubre de 2016
El Chagas en España
Con 50.000 o 60.000 afectados por la enfermedad de Chagas, España (alrededor de 80.000 en Europa) es el segundo país no tropical con más casos detrás de Estados Unidos, según el brasileño Pedro Albajar, director del Programa de Control de esta enfermedad de la Organización Mundial de la Salud.
Aproximadamente dos tercios de los afectados son mujeres entre los 30 y 40 años, y hasta el 90 % podrían proceder de Bolivia.
Los indices de detección y tratamiento de la Enfermedad de Chagas, enfermedad tropical considerada como desatendida, son todavia muy bajos en España a pesar de que ya se dispone de instrumentos diagnósticos y terapéuticos
por el que se obliga a todos los centros de transfusión a realizar estudio serológico a todo posible donante nacido, hijo de madre nacida o que haya sido transfundido en países donde la enfermedad es endémica.
Desde 2005 se controla la vía de trasmisión por vía sanguinea a través del cribado en los bancos de sangre y de trasplantes de órganos. Además, el 14 de Marzo de 2008 se publicó el Plan Nacional de Sangre de Cordón, donde se recogen las mismas recomendaciones que con la transfusión sanguínea para todo potencial donante. Sin embargo, la detección de una posible transmisión vertical es un tema pendiente de regulación.
España todavia no cuenta con ningún programa nacional de control de esta enfermedad, solo algunas comunidades autónomas (Cataluña, Comunidad Valenciana) tienen un protocolo específico, por lo que sería necesario establecer un protocolo común en España.
lunes, 3 de octubre de 2016
El desfibrilador como tratamiento precoz en las arritmias malignas ventriculares
La muerte súbita de una persona genera un gran impacto social dada la situación inesperada, más si esto ocurre en alguien aparentemente sano.
El objetivo inicial se basa en la prevención, es decir, impedir o disminuir las posibilidades de una muerte súbita llevando a cabo los reconocimientos periodicos que las sociedades médicas establecen.
Pero ocurre que no en todos los estudios se detecta una afección cardiaca por lo que resulta fundamental conocer el tratamiento adecuado.
La estimulación cardiaca mediante un desfibrilador representa una forma de tratamiento eficaz para las arritmias ventriculares por mecanismo de reentrada en el ritmo eléctrico cardiaco. La utilización de los DEA o DESA en los primeros minutos hace que la supervivencia aumente considerablemente.
El desfibrilador externo semiautomatico (DESA) puede resultar fudamental en las instalaciones deportivas o incluso en puntos estrategicos donde se acumule mucha personal (espacios cardioprotegidos). Se hace necesario asegurar la formación a todo el personal susceptible de utilizar los desfibriladores.
El objetivo inicial se basa en la prevención, es decir, impedir o disminuir las posibilidades de una muerte súbita llevando a cabo los reconocimientos periodicos que las sociedades médicas establecen.
Pero ocurre que no en todos los estudios se detecta una afección cardiaca por lo que resulta fundamental conocer el tratamiento adecuado.
La estimulación cardiaca mediante un desfibrilador representa una forma de tratamiento eficaz para las arritmias ventriculares por mecanismo de reentrada en el ritmo eléctrico cardiaco. La utilización de los DEA o DESA en los primeros minutos hace que la supervivencia aumente considerablemente.
El desfibrilador externo semiautomatico (DESA) puede resultar fudamental en las instalaciones deportivas o incluso en puntos estrategicos donde se acumule mucha personal (espacios cardioprotegidos). Se hace necesario asegurar la formación a todo el personal susceptible de utilizar los desfibriladores.
Uso del DESA