viernes, 16 de septiembre de 2016
Inmigración y salud pública
La inmigración es un proceso dinámico e imparable. Este fenómeno no ha dejado de crecer en España hasta el punto de convertirse nuestro país en una de las puertas principales de entrada a Europa. La población extranjera que pasa por España, algunos para quedarse, es de lo más diversa: americanos, asiaticos, africanos, europeos. De ellos los más vulnerables son los que llegan de los países menos desarrollados ya que entran con escasos conocimientos sobre principios de promoción o protección de la salud.
Los problemas de salud que presentan son similares a los del resto de la población, aunque puede que con una prevalencia más alta en algunos grupos. Los problemas de salud más frecuentes entre los migrantes que acaban de llegar son las lesiones accidentales, las quemaduras, los accidentes cardiovasculares, las complicaciones del embarazo y el parto, la diabetes y la hipertensión. Las mujeres migrantes se enfrentan muchas veces a dificultades específicas, particularmente en el ámbito de la salud materna, del recién nacido y el niño, la salud sexual y reproductiva, y la violencia. En algunas ocasiones nos encontramos con algunas enfermedades migradas no visibles en España y que obligan a estar alerta. Afortunadamente España cuenta con un Centro de Coordinación de Alertas y de Emergencias Sanitarias (CCAES) dependiente del Ministerio de Sanidad que pone en marcha todos los mecanismos necesarios para el control de enfermedades transmisibles
La tendencia demográfica junto con el incremento de las desigualdades sociales y económicas entre los países más desarrollados y los de menor renta determinan que la presión y los flujos migratorios de Sur a Norte y de Este a Oeste sigan produciéndose en los próximos años.
La integración de la población inmigrante en nuestro Sistema de Salud supone para España un reto importante. El acceso a los recursos sanitarios se ve dificultada por numerosas barreras: legales, económicas, idiomáticas ...
El RD 16/2012 ha supuesto un importante handicap en la asistencia a los inmigrantes en situación irregular dejando a los más vulnerables indefensos ante la enfermedad creando un importante problema de salud pública.
No debemos olvidar que el primer impacto se produce sobre las urgencias hospitalarias, especialmente en las zonas con una alta densidad de inmigrantes. La solución pasa por ampliar el derecho a la asistencia sanitaria a todos los inmigrantes dotando de más medios a la Atención Primaria, lo cual disminuiria la carga asistencial hospitalaria, racionalizaría los costes y favoreceria la integración sanitaria de los inmigrantes en el Sistema Sanitario.
El modelo a adoptar sería público o mixto dando cabida a las organizaciones no gubernamentales con experiencia en la cooperación internacional.
La falta de atención estatal es compensada a menudo por los servicios ofrecidos por las Iglesiascatólica y protestantes y por otras ONG, que cumplen en muchos países un papel esencial en el cuidado a los inmigrantes irregulares.
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