lunes, 9 de noviembre de 2015
Dislexia
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún trastorno físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
Según algunas estadísticas la dislexia afecta en mayor o menor grado a un 10% o un 15% de la población escolar y adulta. En la práctica se ven muchos más niños que niñas y estadísticas inglesas hablan de una relación de 8 a 1 entre el número de niños y el de niñas afectados. Esto quizá tenga que ver con el hecho de que se considera que las mujeres en general tienen un mayor desarrollo en el área del lenguaje que los hombres.
No hay ninguna seguridad sobre la causa de la dislexia. Se cree que el origen es una falta del sistema nervioso central en su habilidad para organizar símbolos gráficos.
Los dislexicos invierten las palabras de manera total o parcial, por ejemplo casa por saca, escriben la misma palabra de distintas maneras, invierten las letras, por ejemplo p por b, o d por b, tienen dificultadas para ver que una palabra está mal escrita...
Si se observan dificultades para leer, el pediatra debe examinarle la vista, el oído y la capacidad motriz para detectar algún problema. Si no existe ningún trastorno en estas áreas, debe llevarlo a un especialista en lectura y/o a un psicólogo infantil. El profesional examinará al niño en busca del problema físico o emocional que origina sus dificultades para leer. El psicólogo o el especialista en lectura le hará pruebas de diagnóstico referidas a lectura, escritura y memorización. Estas pruebas permiten verificar el diagnóstico de dislexia.
Una vez se ha diagnosticado dislexia un tutor en fonética puede elevar al niño hasta el nivel de lectura apropiado para su inteligencia. Se debe informar al maestro del niño y pedirle que sea comprensivo. Existen versiones de exámenes adaptados para estudiantes con dislexia. La dislexia puede superarse cuando está correctamente diagnosticada y se la trata con paciencia y fuerza de voluntad. Las dificultades en la educación suelen ser el resultado de un diagnóstico equivocado y la consiguiente frustración del niño al sentirse incapaz. Es importante buscar las áreas en las que el niño se destaca y poner el énfasis en ellas.
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