Analizar los niveles de la proteína PSA en la sangre
de los varones de cierta edad es por ahora el único método para tratar de
diagnosticar a tiempo un cáncer de próstata. Sin embargo no todos los pacientes
a los que se les detecta un PSA elevado padecen un cáncer de próstata.
El PSA es una glicoproteina (serinproteasa)
producida exclusivamente por las células epiteliales de la próstata y en
pequeñas cantidades por otras glándulas. Esta glicoproteina aumenta la
movilidad de los espermatozoides.
La revista Science translational Medicine publicó hace unos años (2010) un artículo en el que según el oncólogo zaragozano José Ignacio
Mayordomo, participante en el estudio: "lo que este análisis con miles de
participantes ha demostrado es que el umbral de normalidad de la PSA varía de
unos individuos a otros". Es decir,
que puede haber varones con los niveles de esta proteína por encima de 4 sin
que por ello tengan mayor riesgo de cáncer (de hecho, se calcula que hasta un
tercio de los pacientes con un PSA por encima de 10 no tienen ni rastro de
cáncer cuando se les realiza la biopsia).
Alrededor de un 40% de las cifras elevadas de PSA se
explica por factores hereditarios, lo que sugiere que el estudio de marcadores
genéticos puede ayudar a avanzar en la sensibilidad del diagnóstico del cáncer
de próstata con medidas sencillas de laboratorio.
En el estudio se describen variaciones en hasta seis
genes que se asocian de forma independiente con las cifras de PSA. Aunque técnicamente
no es complejo, habrá que validar los resultados para su utilización clínica,
según el doctor Mayordomo, en una declaraciones recogidas en elmundo.es
Sin duda un paso adelante en la investigación de
marcadores genéticos, más sensibles en el diagnóstico del carcinoma de
próstata, que liberen a los pacientes de las molestas biopsias de próstata.
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