La menopausia, esto es, la interrupción definitiva de la menstruación una vez alcanzada la mediana edad, constituye una etapa en la vida de la mujer caracterizada por una menor producción de hormonas femeninas, fundamentalmente de estrógenos.
Este menor nivel de hormonas puede asociarse a la aparición de síntomas muy molestos como es el caso de los sofocos (hot flushes).
Los sofocos son episodios, generalmente de inicio brusco de enrojecimiento de la parte superior del cuerpo (cara, cuello y parte superior de tórax) asociados con sensación de calor y sudoración. Ocasionalmente pueden acompañarse de lagrimeo, picor, salivación e hinchazón de la cara. Pueden ser breves o prolongados en el tiempo. Los sofocos pueden ser normales o aparecer coincidiendo con esta época de la mujer, ser acompañantes de otras patologías o como efectos secundarios de la toma de algunos medicamentos. Es de destacar la aparición de sofocos durante la deprivación androgénica en pacientes afectos de carcinoma prostático.
Las sofocaciones suelen ser inofensivas y solo se recomienda consultar si resultan molestos o se acompañan de otros síntomas.
Los sofocos o "bochornos" como también se les suele denominar son ampliamente reconocidos por las mujeres y los médicos en muchos lugares del mundo como el síntoma más característico y problemático del climaterio.
Un estudio publicado en julio de 2018 en la revista "Cell Reports" mostraba que las neuronas denominadas Kiss1 del hipotálamo, implicadas en el control de la temperatura corporal podrían ser el vínculo entre las fluctuaciones de las hormonas sexuales y los sofocos característicos de la menopausia. La activación de las neuronas Kiss1 conllevaba una rápida elevación de la temperatura de la piel seguida de una brusca caída de la temperatura corporal.
En este artículo (4) del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE.UU se pueden consultar algunas medidas a tomar antes de decidir si se sigue un tratamiento de reemplazo hormonal (TRH).
Las sofocaciones en la menopausia
Fuentes