En los últimos años han aumentado los viajes al extranjero. Las posibilidades que ofrecen las líneas aéreas de bajo coste han hecho posible que muchos españoles viajen a países muy diferentes al nuestro.
Familiares cercanos prefieren irse más allá de nuestras fronteras. Incluso en los tiempos que corren, afectados por la crisis económica y financiera, puede resultar más barato viajar a Cuba, Santo Domingo o Tailandia que costearse unos días en la costa española.
Todo ello lleva una preparación. Es cierto que Internet nos acerca a las diferentes soluciones: viajes, estancias en hotel, contratación de actividades multiaventura, pero pocas veces nos preocupamos de
prever las circunstancias que pueden afectar a nuestra salud.
Viajar enriquece culturalmente pero también puede convertirse en un factor favorable para enfermar. Las posibilidades de que nuestro viaje se convierta en una pesadilla pasan por saber desde como comportarse en un viaje transoceánico (en general viajes en avión superiores a las cuatro horas de duración) hasta tener claro que nuestro organismo debe adaptarse a las nuevas condiciones de vida en el país de destino.
Hábitos comunes en nuestra vida diaria como beber agua del grifo o cepillarse los dientes con esa misma agua puede representar un motivo para que se vayan al traste todos nuestros planteamientos previos.
No sólo hay que conocer las características geográficas, demográficas o culturales del país a visitar sino
que también hay que preocuparse por las enfermedades endémicas de esa zona geográfica. Para ello nada mejor que, 4 o 6 semanas antes de emprender el viaje, pasar por las consultas de Sanidad Exterior de los Departamentos de Salud Pública de las Consejerías de Salud de nuestras Comunidades Autónomas (en la mayoría se precisa cita previa) pues muchas vacunas son efectivas después de pasado ese tiempo.
Antes de iniciar el viaje hay que planificar con tiempo. Es conveniente realizarse un chequeo médico y odontológico para conocer que problemas se puede tener y que medicamentos deben formar parte de nuestro botiquín individual. Es conveniente dividir los medicamentos y llevarlos en dos sitios diferente para salvar cualquier posibilidad de robo o extravío. No olvide solicitar la tarjeta sanitaria europea o contratar un seguro de asistencia médica para aquellos países en que aquella no es válida. No olvide su
cartilla internacional de vacunación.
Dependiendo del país a visitar habrá que conocer si nuestro Seguro Médico va a cubrirnos. Hay que informarse sobre su cobertura. Los medicamentos que se deban llevar, por consumirse habitualmente,
deben ir en su envase original. No olvidarse de un pequeño botiquín de primeros auxilios.
Durante el viaje, si éste es largo, moverse con regularidad por la cabina del avión, realizando movimientos articulares sobretodo de las extremidades inferiores (rotación del tobillo en el sentido de las agujas del reloj y viceversa, flexoextensión del mismo, flesoextensión de rodillas y caderas), beber agua frecuentemente para evitar la deshidratación y usar ropa cómoda y poco ajustada. Evitaremos el síndrome de la clase turista caracterizado por trombosis venosa y sus complicaciones.
Llegados al país de destino vigilar la comida que se ingiera sobre todo en aquellos países tropicales. En general, las comidas bien cocidas y muy calientes son las más seguras. Evitar consumir alimentos ofrecidos en puestos ambulantes, productos lácteos no pasteurizados o esterilizados o mariscos sin cocer.
Tome las frutas peladas por usted mismo y lavadas previamente con agua con unas gotas de lejía. Beba agua de envases cerrados herméticamente. Evite usar hielo. Usar agua mineral embotellada para lavarse los dientes.
Tome la medicación contra la malaria si se va a visitar un país endémico. Su médico le indicara cuando debe comenzar a tomar la medicación y cuando debe dejarla.
Si visita África evite nadar y realizar actividades acuáticas en lagos y arroyos de agua dulce. Es fácil que pueda infestarse con parásitos.
Si va a un país con alto riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos use repelente de insectos ( los que contienen DEET son los mejores). Use ropa tratada con permetrina y no se olvide de mosquitero para su cama.
Si viaja o conduce respete las normas de tráfico, evite viajar en medios de transporte colectivo masificados. No olvide asesorarse sobre seguridad en los barrios o lugares que pretenda visitar.